La
 suba fue del 2,9% en alimentos, del 5,9% en vestimenta, del 4,3% en 
salud, del 3% en transporte, del 3,8% en recreación y cultura y del 4,1%
 en restaurantes.
La
 división de mayor incremento en el mes fue Prendas de vestir y calzado 
(6%), seguida por Bebidas alcohólicas y tabaco (5,9%), donde incidió 
principalmente la suba de cigarrillos.
En
 Salud (4,3%), el alza fue impulsada en gran medida por el alza de 
gastos de prepagas y fue la tercera división de mayor ascenso del mes. 
En tanto, la suba en la división Alimentos y bebidas no alcohólicas 
(2,9%) fue la de mayor incidencia en todas las regiones. El incremento se explicó fundamentalmente por el aumento en Frutas; Verduras, tubérculos y legumbres; Azúcar, dulces, chocolate, golosinas y otros productos, como Café, té, yerba y cacao; y Leche, productos lácteos y huevos.
La
 categoría Estacionales (6,4%) fue la de mayor suba del mes, impulsada 
en parte por el alza mencionada en Prendas de vestir y calzado; Frutas; y
 Verduras, tubérculos y legumbres. El IPC Núcleo (3,3%) fue la segunda 
categoría de mayor incremento, mientras que la de Regulados registró un 
aumento de 3,0%, empujada por la suba de cigarrillos y de Gastos de 
prepagas, indicó el Indec.
Isaías Marini, economista de Econviews. señaló a Reuters que la inflación de septiembre superó el umbral del 3%,
 “revirtiendo la tendencia bajista de los últimos meses que se basaba en
 el ancla cambiaria y controles de precios, pero que no logró afectar la
 inercia”.
Agregó
 que “de hecho, el aumento de la brecha y el freno a las importaciones 
reducen la efectividad del ancla cambiaria, y esperamos que la inflación
 se acelere en los próximos meses para cerrar el año como mínimo en 51 
por ciento”.
“El
 Gobierno hizo un gran esfuerzo para intentar reducir un poco lo que se 
ve del IPC con los congelamientos; tarifas retrasadas; venta de deuda 
del Banco Central, etcétera. Y a pesar de ello la inflación sigue 
estando cerca del 3% mensual, y la idea que tenían de mejorar los 
salarios en base a emisión, lo único que va a generar es una mejoría 
transitoria y muy costosa”, estimó Agustín Etchebarne, director 
Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.
Etchebarne advirtió que espera para después de las elecciones un “salto devaluatorio e inflacionario”.
Argentina
 celebrará elecciones de medio término el 14 de noviembre, luego de que 
el oficialismo fuera derrotado en comicios primarios, los que son 
considerados un plebiscito de la gestión presidencial y un amplio sondeo
 antes de la votación.
El Relevamiento
 de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco central (BCRA) 
revela una mediana para la inflación de 48,2% para 2021, frente
 a un incremento de los precios minoristas del 36,1% de 2020, mientras 
que el proyecto de Ley de Presupuesto 2022 presentado al Congreso estima
 una inflación de 33% para el año próximo.
La inflación de 2021 será, de esta forma, cercana al 53,8% de inflación acumulada en los doce meses de 2019.
“La previsión de una inflación anual del 33%
 (para 2022) parece difícil de cumplir, máxime teniendo en cuenta que 
2021 concluiría con una variación anual de precios en torno al 50%”, 
comentó Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva 
Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano.
Beker
 agregó que “para que la previsión presupuestaria se cumpliera, se 
requeriría de un plan integral anti-inflacionario para 2022, que 
coordinara medidas monetarias, cambiarias y de política de ingresos, lo 
que, por ahora, no se avizora”.
Fuente: Diario Chaco
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