Lo dicen especialistas
Según licenciados en Gestión Ambiental, los químicos empleados para eliminar al mosquito vector de la enfermedad en realidad liquidan a sus enemigos naturales: los sapos. Afirman que se genera una cadena que lleva a un desastre ecológico.
Los licenciados en Gestión Ambiental, Eugenio Rolón y Eugenio Rolón hijo, en comunicación con Radio Facundo Quiroga, se refirieron a la cuestión del dengue y las fumigaciones urbanas.
Según estos, ya se habían manifestado el año pasado por las fumigaciones urbanas contra el mosquito, explicando lo contraproducente de esta práctica. Además, indicaron que con esta práctica desaparecieron sus depredadores naturales: los sapos.
«Hoy lo que pretendemos es visibilizar el vínculo entre dengue y paquete tecnológico. Primero debemos recordar que el paquete tecnológico pertenece al modelo agroindustrial, teniendo este tres componentes esenciales: la semilla transgénica, la maquinaria agrícola y los agrotóxicos. Para el empleo de esta maquinaria agrícola es imprescindible, el desmonte», detallaron.
Con ello, se desencadenan dos consecuencias principales, muy relacionadas a la situación del mosquito: «La pérdida de la vegetación natural, con lo cual sube la temperatura y la humedad, y sabemos que estos mosquitos soportan altas temperaturas y un elevado porcentaje de humedad, lo cual es propicio para su desarrollo masivo. Al hablar de desmonte, tenemos la pérdida del hábitat natural y disminuye la biodiversidad», contaron.
Asimismo, «al disminuir la biodiversidad, se produce un desequilibrio, con lo cual desaparecen los depredadores naturales que tiene este mosquito. Estamos en un problema complejo», advirtieron.
Sobre el tercer componente esencial de este factor tecnológico, los agrotóxicos, los especialistas aclararon que no se refieren sólo a los biocidas, sino también a los fertilizantes sintéticos que se emplean en estas prácticas.
«En biocidas nos referimos principalmente a las resinas, al 24D, entre otros, porque existen estudios que estos elementos cambian el metabolismo o producen directamente la muerte de ciertas especies, coincidentemente de anfibios, que son los predadores naturales de mosquitos y de sus larvas. Estos químicos afectan la hormona de la testosterona en el sapo, por lo cual se verá afectado el desarrollo y reproducción de la especie. El glifosato coincide con el exterminio de peces y anfibios también», puntualizaron.
Por otro lado, indicaron que a medida que avanzan las fumigaciones, los mosquitos pueden resistir químicos más fuertes, pero sus depredadores naturales no, y van siendo aniquilados progresivamente.
«Entonces, sostener este modelo agrícola, que se basa en el paquete tecnológico, equivale a sostener un suicidio en masa, lento pero seguro, lento y tortuoso. Cuando uno tiene un problema se debe atacar la causa del problema, no los defectos, como en este caso», concluyeron.
Fuente: La Voz del Chaco
Según licenciados en Gestión Ambiental, los químicos empleados para eliminar al mosquito vector de la enfermedad en realidad liquidan a sus enemigos naturales: los sapos. Afirman que se genera una cadena que lleva a un desastre ecológico. Los licenciados en Gestión Ambiental, Eugenio Rolón y Eugenio Rolón hijo, en comunicación con Radio Facundo Quiroga, se refirieron a la cuestión del dengue y las fumigaciones urbanas.
Según estos, ya se habían manifestado el año pasado por las fumigaciones urbanas contra el mosquito, explicando lo contraproducente de esta práctica. Además, indicaron que con esta práctica desaparecieron sus depredadores naturales: los sapos.
«Hoy lo que pretendemos es visibilizar el vínculo entre dengue y paquete tecnológico. Primero debemos recordar que el paquete tecnológico pertenece al modelo agroindustrial, teniendo este tres componentes esenciales: la semilla transgénica, la maquinaria agrícola y los agrotóxicos. Para el empleo de esta maquinaria agrícola es imprescindible, el desmonte», detallaron.
Con ello, se desencadenan dos consecuencias principales, muy relacionadas a la situación del mosquito: «La pérdida de la vegetación natural, con lo cual sube la temperatura y la humedad, y sabemos que estos mosquitos soportan altas temperaturas y un elevado porcentaje de humedad, lo cual es propicio para su desarrollo masivo. Al hablar de desmonte, tenemos la pérdida del hábitat natural y disminuye la biodiversidad», contaron.
Asimismo, «al disminuir la biodiversidad, se produce un desequilibrio, con lo cual desaparecen los depredadores naturales que tiene este mosquito. Estamos en un problema complejo», advirtieron.
Sobre el tercer componente esencial de este factor tecnológico, los agrotóxicos, los especialistas aclararon que no se refieren sólo a los biocidas, sino también a los fertilizantes sintéticos que se emplean en estas prácticas.
«En biocidas nos referimos principalmente a las resinas, al 24D, entre otros, porque existen estudios que estos elementos cambian el metabolismo o producen directamente la muerte de ciertas especies, coincidentemente de anfibios, que son los predadores naturales de mosquitos y de sus larvas. Estos químicos afectan la hormona de la testosterona en el sapo, por lo cual se verá afectado el desarrollo y reproducción de la especie. El glifosato coincide con el exterminio de peces y anfibios también», puntualizaron.
Por otro lado, indicaron que a medida que avanzan las fumigaciones, los mosquitos pueden resistir químicos más fuertes, pero sus depredadores naturales no, y van siendo aniquilados progresivamente.
«Entonces, sostener este modelo agrícola, que se basa en el paquete tecnológico, equivale a sostener un suicidio en masa, lento pero seguro, lento y tortuoso. Cuando uno tiene un problema se debe atacar la causa del problema, no los defectos, como en este caso», concluyeron.
Fuente: La Voz del Chaco
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