Desde las entrañas de la historia.
Es una de la la celebraciones más importantes para varios pueblos y culturas de la humanidad porque constituye una maravillosa conjunción de ritos, cultura, creencias y leyendas del imaginario colectivo. En este artículo Lilian Katzelis nos explica la procedencia de estas fiestas y desarrolla algunas de las innumerables particularidades que a lo largo del tiempo presentó en todo el mundo.
De acuerdo a la concepción cristiana, durante la Semana Santa se evoca la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es el momento más sobresaliente del calendario litúrgico.
Ahora bien, la pregunta es
¿qué relación tienen los íconos de la Pascua que hoy conocemos, tales
como los huevos, las roscas y los conejos, con esta celebración? ¿Verdaderamente,
se otorga hoy el mismo sentido religioso a este acontecimiento como en
la antigüedad?
Desde tiempos inmemoriales,
la humanidad ha observado distintas festividades, consideradas sagradas
para muchos feligreses. Sin embargo, con frecuencia ocurre que lo sagrado
se mezcla con lo profano, formando un sincretismo de múltiples culturas.
Muchas observancias paganas fueron cambiando de fecha, hasta coincidir
finalmente, con la celebración de la Pascua.
El verdadero origen de la
Pascua se remonta al año 1513 antes de Cristo, cuando el pueblo judío
emprendió su éxodo desde Egipto, hacia la Tierra Prometida. Se celebraba
cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo.
En la víspera del primer
día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza
de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían
alusión a las diez plagas de Egipto.
El cordero de Pascua era
escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue
llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser un macho cabrio,
sano y de un año de edad. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche
se comía con lechugas amargas. No estaba permitido romper sus huesos,
ni dejar restos de carne. Por esta razón, los israelitas se reunían en
grupos, para cumplir con las prescripciones de orden sagrado. Durante
los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita
correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo
sólo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban "ázimo"
o "pan de aflicción".
Por su parte, para los cristianos,
la Pascua es la fiesta instruida en memoria de de la resurrección de Cristo.
El registro bíblico dice
que la noche anterior a su muerte, Jesús se reunió con sus discípulos
para celebrar la Pascua judía. Posteriormente, instituyó lo que se conoce
como la "Cena del Señor", y dijo a sus apóstoles "Sigan haciendo esto,
en memoria de mi" (Lucas 22:19). La Cena del Señor debía celebrarse una
vez al año; con ella se conmemoraba la muerte de Cristo.
La Nueva Enciclopedia Británica
explica que los primeros cristianos celebraban la Pascua del Señor, al
mismo tiempo que los judíos, durante la noche de la primera luna llena
pascual (del día 14 de abib), del primer mes de primavera (14-15 de Nisán).
A mediados del siglo II,
la mayoría de las iglesias había trasladado esta celebración, al domingo
posterior a la festividad Judía. El Viernes Santo y el día de la Pascua
Florida no empezaron a celebrarse como conmemoraciones separadas en Jerusalén,
hasta finales del siglo IV. (Fuente: Seasonal Peast and Festivals).
Antiguamente, los clérigos
eran los encargados de bendecir el cordero pascual y luego lo repartían
entre ellos. Más tarde, el cordero fue sustituido por pequeños pasteles
de carne de cordero, que se distribuían a los feligreses, luego de la
misa.
Otros registros históricos
mencionan que los orígenes de la Pascua Florida (en ingles "Easter") se
remontan a la fiesta primaveral en honor a la diosa teutónica de la luz
y la primavera, conocida como "Easter". (The Westminster Dictionary of
the Bible).
La primavera era una época
sagrada para los adoradores fenicios del sexo. Los símbolos de la diosa
de la fertilidad; "Astarté" o "Istar" eran el huevo y la liebre.
En algunas estatuas se la representa con los órganos sexuales toscamente
exagerados, mientras que en otras figuras aparece con un huevo en la mano
y un conejo a su diestra.
La popularidad de esta deidad,
se debió en parte a la amplia difusión que tuvo en la antigüedad la prostitución
sagrada, como pare del culto.
En Cartago, se descubrieron
urnas de colores brillantes, debajo de monumentos erigidos en honor a
esta diosa, que contenían huesos carbonizados de niños y adolescentes.
Sucede que los padres de
las pequeñas víctimas (por lo general, personas de alto rango y con títulos)
esperaban que los dioses bendijeran sus riquezas e influencias, mediante
estos sacrificios humanos.
Según el libro Medieval Holidays
and Festivals: "La celebración de la Pascua Florida recibió su nombre
(Easter), en honor a Eostre, diosa germánica del alba y la primavera".
Cuenta la leyenda, que Eostre
abrió las puertas del Walhalla, para recibir a Valder, conocido como el
Dios Blanco, debido a su pureza y también, como el Dios Sol, porque se
creía que su frente suministraba luz a la humanidad. Originalmente, estos
ritos de la primavera fueron concebidos para "ahuyentar a los demonios
del invierno".
Son notables las similitudes
de los ritos; incluso la semejanza léxica y morfológica que tiene la palabra
inglesa Easter (Pascua Florida), apenas diferenciada del nombre de la
diosa pagana de la antigüedad (The Two Babilons, de Alexander Hislop).
Fue así como poco a poco,
la tradición fusiona el significado cristiano con ceremonias paganas.
Aquellos rituales, imposibles de desarraigar eran reasimilados bajo nuevas
formas. El júbilo por el nacimiento del sol y por el despertar de la naturaleza,
se convirtió en el regocijo por el nacimiento del sol de la justicia y
por la resurrección de Cristo.
Los símbolos de Pascua.
La introducción de celebraciones
folklóricas en la liturgia cristiana, no dejan de asombrarnos. Sin duda,
de todas las costumbres pascuales, la más popular es la de los huevos
de Pascua.
Durante mucho tiempo, estuvo
prohibido comer en Cuaresma; no solo carne, sino también huevos. Por eso,
el día de Pascua, la gente corría a bendecir grandes cantidades de ellos,
para comerlos en familia y distribuirlos como regalo, a vecinos y amigos.
Durante la Edad Media, en
Semana Santa, era común que los censos feudales se pagaran con huevos.
Y se estipulaba que el día de pago fuese el domingo de Pascua.
En Francia, por ejemplo,
los estudiantes organizaban la "Procesión de los Huevos". Se reunían en
parques y plazas y de allí partían hasta la iglesia principal. Durante
el trayecto, golpeaban las puertas de las casas, para que cada familia
les regalara huevos, que a posteriori serian bendecidor por un Cura párroco.
En esa época renacía el espíritu
festivo. De las iglesias colgaban cientos de banderas y panderetas. Y
cada joven llevaba colgado de su cuello, un cesto de mimbre lleno de huevos.
Los más adinerados se hacían acompañar por jóvenes pajes, vestidos con
telas multicolores de razo o de seda. La mayor parte de la colecta se
destinaba para los hospitales de leprosos, o para los indigentes.
El ayuno era obligatorio.
Por esta razón, se adopta la costumbre de cocer huevos y almacenarlos.
Recién en la época del rey Luis XIV, se introdujo la idea de pintarlos,
para después venderlos.
Entre los siglos XVII y XVIII,
a la salida de la misa pascual, se ofrecían al monarca cestas cargadas
de huevos dorados y decorados artísticamente.
En Hungría, era común que
el lunes de Pascua, los pretendientes acecharan desde el amanecer a las
jóvenes de su aldea, para llevarlas junto a las fuentes. Jugueteaban con
ellas, las tomaban desprevenidas y les arrojaban en la cabeza un enorme
cubo de agua. No conformes con esto, los muchachos reclamaban a sus víctimas
una retribución, asi que la joven debía entregarle a su pretendiente un
huevo y un beso. Ciertamente, esta costumbre estaba mucho mas asociada
con los festejos de primavera que con el verdadero significado cristiano
de la Pascua.
En cuanto al sentido religioso,
en la historia, el huevo ha sido un elemento muy importante, dentro de
las cosmogonías más primitivas.
En la India y en países semitas
de la región oriental, el huevo ha representado el germen primitivo, escondido
en el agua.
En la cosmogonía védica se
cree que las aguas originarias se elevaron y dieron origen a un huevo
de oro, del cual salió el creador del mundo.
En Egipto, el simbolismo
del huevo se asemeja al mito griego de la Caja de Pandora. Se cree que
el dios Osiris y su hermano, Tifón, lucharon respectivamente e introdujeron
todos los bienes y males del mundo en un huevo. Al romperse el mismo,
todos los males se distribuyeron por el planeta.
También en Persia, como en
Grecia y Roma, era muy común pintar huevos y comerlos en las fiestas,
en honor a la primavera.
Las hogueras de Pascua.
Originalmente, el incendio
de hogueras, durante la época de la Pascua fue prohibido por la iglesia,
por ser considerado como un símbolo pagano.
Sin embargo, en Irlanda,
San Patricio introdujo esta práctica, con el fin de sustituir la costumbre
de los druidas, de encender hogueras en honor a la primavera, por el símbolo
del fuego religioso y cristiano, en honor a Cristo.
Este rito llegó a ser tan
popular, que los Papas no tuvieron mis remedio que incorporarlo a la liturgia
de la iglesia occidental, hacia las postrimerías del siglo noveno. (The
Easter Book, de Francis Weiser, S.J.).
Tradiciones Pascuales
alrededor del mundo.
La Pascua tiene distintas
manifestaciones, en diversos lugares del planeta.
En Jerusalén (cuyo nombre
significa "Doble Procesión de Paz"), la celebración comienza con una serie
de procesiones. El Viernes Santo, miles de feligreses cristianos reconstruyen
las últimas pisadas de Jesús. Más tarde, los peregrinos visitan el Santo
Sepulcro; la tumba donde, según la tradición se colocó a Cristo. Mujeres
vestidas de negro ungen la piedra sepulcral con aceite; lloran sobre ella
y la besan.
En la Ciudad del Vaticano, el Papa celebra
una misa especial. Para esta ocasión acude todo el cuerpo diplomático;
centenares de cardenales, prelados y sacerdotes y monjas, además de miles
de peregrinos, que llenan la Plaza de San Pedro.
Sin embargo, la Pascua no siempre es sinónimo de solemnidad, misa y peregrinación. Pues muchas de estas "nuevas formas" de celebración tienen raíces en costumbres autóctonas y supersticiosas.
Para algunos filipinos, por
ejemplo, la Semana Santa -conocida como "Mahal na Araw''- es una época
para infligirse castigo. Pese a que esta práctica ha sido condenada por
la Iglesia, muchos, queriendo hacer expiación pública de sus pecados,
siguen practicando la flagelación.
Algunas mujeres se dirigen
a distintos santuarios y limpian las imágenes de Cristo con un pañuelo.
Luego, se aplican la prenda sobre el cuerpo, creyendo que de ese modo
curarán alguna afección.
En ciertas regiones de Guatemala,
los indios quichés oran arrodillados ante mazorcas de maíz (alimento básico
de este pueblo). Sucede que la celebración de estos ritos tradicionales,
en honor a la fertilidad, coincide con la Semana Santa. Su esperanza es
que la Pascua les traiga una cosecha abundante.
En otros países, los agüeros
influyen notablemente en esta celebración.
Los finlandeses, en la noche
anterior al inicio de Semana Santa están a la caza de los gnomos..., unas
"criaturas parecidas a brujas" -según narra la tradición-, que cometen
todo tipo de vandalismos, contra su ganado y sus propiedades. Se cree
que estos supuestos gnomos, son en realidad mujeres ancianas, que llevadas
por la envidia encuentran un malicioso placer causando infortunio a los
vecinos más prósperos.
Pascua a la Argentina.
En Argentina, todos los Jueves
Santos, y a media mañana, se celebra la misa crismal en la Catedral metropolitana.
Así se da comienzo al triduo pascual de la Semana Santa, que antecede
al Domingo de Pascua.
Participan de esta ceremonia
todos los sacerdotes de la arquidiócesis de Buenos Aires; ocasión en la
que el clero renueva las promesas sacerdotales que realizó cuando fue
ordenado.
Por la tarde se oficia la
misa de la cena del Señor, en la que se rememora la última cena de Cristo,
junto a sus doce apóstoles, y la institución de la Eucaristía. Durante
el oficio, el sacerdote celebrante lava los pies de doce ancianos como
gesto de humildad.
En tanto que el Viernes Santo
-día de ayuno y abstinencia-, un obispo vicario preside la Celebración,
que evoca la pasión y muerte de Cristo. Al finalizar la jornada, se realiza
el Vía Crucis, en la Plaza de Mayo y se recorren distintos templos aledaños.
El sábado está dedicado al
lamento por la muerte de Jesús, mientras que el domingo se celebra la
máxima fiesta de la Cristiandad pues es el centro del año cristiano.
En la provincia de La Rioja,
por ejemplo, los feligreses peregrinan hacia el paraje denominado "Señor
de la Peña", para evocar el sacrificio de Jesús. Se reúnen en un gran
peñasco de quince metros de altura, ubicado en una zona desértica llamada
"Barreal de Arauco", a 86 kilómetros de la capital riojana.
En la localidad de Tilcara,
por las calles se efectúa la "Procesión del Cristo Yaciente". Y en
cada esquina se colocan las tradicionales ermitas, que evocan pasajes
bíblicos.
Lo cierto, es que poco a
poco se va perdiendo en todo el mundo, el sentido religioso de esta celebración.
Y por otra parte, habrá que ver qué se entiende, tanto hoy como ayer,
por "significado religioso", ya que lo religioso no es exclusivo de las
religiones más importantes de la humanidad que han perdurado hasta la
actualidad. La religiosidad, en todas sus formas, existe desde tiempos
remotos y aunque sea reconfigurada bajo nuevas formas, nunca termina de
perecer. En algunos casos, sobrevive en la exposición de este mundo caótico;
pera también "otra" religión, de características antiguas, que subyace
y que fluye como caldo de cultivo, desde las entrañas de la Tierra y la
memoria.
Hoy la Semana Santa es para
muchos, sinónimo de "mini-turismo". Y coma si fuera poco, desde el inicio
de la Cuaresma, (los 40 días de preparación previos al domingo de Pascua),
un tiempo supuestamente llamado al recato y a la penitencia, los obispos
advierten la desnaturalización de esta conmemoración, provocada en parte
por la continuidad de los festejos de carnaval.
Como quiera que sea, y pese
a las distintas interpretaciones que tiene la celebración de le Pascua;
este suceso continúa conmoviendo al mundo entero, creyentes o ateos. Porque
más allá de lo sagrado o profano, la Pascua es una maravillosa conjunción
de ritos, cultura, creencias y leyendas del imaginario y de la realidad.
Fuente: Al margen
Fuente: Al margen
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MUY INTERESANTE!!
ResponderBorrarAHORA SI LOS DOCENTES SOMOS ESCLAVOS, YA NO PODEMOS HACER MAS PAROS PARA RECLAMAR PORNUESTROS DERECHOS , QUE POR LEY NOSCORRESPONDE EL DERECHO A HUELGA. APROBARON LA RESOLUCION 506 QUE AVALA DESIGNAR SUPLENTE DEL MAESTRO DE PARO Y EL FLAMANTE MINISTRO LO FESTEJO.AHORA TENEMOS QUECONFORMARNOCON LOS QUE NOS DAN.SOTO ALGUN DIA VAS A NECESITAR IGUAL QUE NOSOTROS Y NADIE TE VAA DAR UNA MANO LA VERDAD TE PASASTE.
ResponderBorrarAHORA ES EL MOMENTO DE ESTAR MAS UNIDOS QUE NUNCA
ResponderBorrarPARA NO DEJARLE QUE HAGA LO QUE QUIERE CON NOSOTROS
los mismos docentes no se presentan a trabajar porque el gobierno no les paga
no les pagó a los docentes de la escuela de verano
no les pagó a los que dictaron cursos de perfeccionamiento
no les pagó a los que hicieron suplencias por la 506
SITECH VA A SEGUIR PELEANDO
ahora la entidad gremial tiene la opción de ir al máximo tribunal del país mediante un recurso en queja.
PERO NO LE PODEMOS DEJAR SOLO AL ÚNICO GREMIO QUE SE JUEGA POR NOSOTROS.
NO ALCANZA CON HACER LOS PAROS
TODOS DEBEMOS IR A LAS MARCHAS