La fecha la impuso en 1908 Ignacio Albarracín, promotor de la primera Ley contra el maltrato animal
Fuente: Infobae
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gnacio Albarracín nació en San Juan el 31 de julio de 1850 y murió en su casa de Lomas de Zamora el 29 de abril de 1926. Gracias a él, en Argentina se celebra el Día del Animal. |
Ignacio Albarracín,
presidente de la Sociedad Argentina de Protección de Animales (SAPA),
caminaba por las calles de Buenos Aires cuando observó a un grupo de
estudiantes de escuela primaria a la salida de sus clases. Era 1906 y
los niños tiraban sus cuadernos para sacar de sus bolsillos traseros una
honda con la que comenzaron a lanzar piedras contra una bandada de
gorriones que dormían sobre las cornisas y molduras de las casas.
Sorprendido por lo que ya hacía tiempo estaba viendo, el padre del
proteccionismo de animales de Argentina y promotor de la Ley Sarmiento
(la primera para defender animales) escribió: "La educación de nuestros niños se resiente ante la falta de principios y prácticas humanitarias.
Los que saben qué es la escuela, qué misión les tienen confiada los
pueblos amantes de la civilización y del progreso, comprenderán cómo
denuncia una verdadera anomalía la presencia de estos pequeños
monstruos".
Si algo caracterizó a Albarracín fueron sus tajantes declaraciones y
las irrefrenables reacciones cuando veía a un animal dominado por los
impulsos humanos.
Tras el episodio con aquellos niños, anticipó que algo no estaba bien
en la sociedad argentina, al menos la porteña, y puso su empeño para que
las malas costumbres de lastimar animales comenzaran a desarraigarse
desde las escuelas. Fue otro de sus grandes pasos.
"Una lección por semana, durante media hora nomás, ya que los padres de
familia en su mayoría la descuidan, y no tendríamos niños terribles que
en las calles, y seguramente en sus casas, no respetan a nadie",
proponía Albarracín.
Con esa consigna, y luego de reprender a los maestros por no sacarles a
los niños las letales armas cuando los veían portarlas en los recreos
ni cuando las usaban en la calle delante de ellos, Albarracín propuso
que se incorporase en el programa escolar la materia "Educación
Humanitaria", con el deseo de educar a buenas personas para el futuro.
"Sin la bondad, la civilización no es más que una mera palabra",
dijo el prócer de los animales. De allí surgió la idea de que fuera un
festejo el que abriera las puertas a la educación y el respeto sobre la
vida de los "más indefensos". Tomando ideas de otros países desde la
SAPA propuso que se celebrara en Buenos Aires una gran fiesta por el Día
del Animal.
29 de abril de 1908, el día que los animales tuvieron su fiesta
"Nuestro
Día el Animal fue una creación completamente original y convirtió a la
Argentina en el primer país del mundo en registrar esa celebración. Sin embargo, reconoce dos fuentes de inspiración —cuenta la escritora Patricia Urich—.
Una de ellas fue el Día del Pájaro que fue instaurado a fines del siglo
XIX en algunas ciudades de los Estados Unidos por iniciativa de un
maestro con el propósito de promover entre los niños el conocimiento y
los buenos y los buenos sentimientos hacia los animales. El otro
antecedente fue el Domingo del Alma (Animal Sunday), que comenzó a
celebrarse en los templos protestantes ingleses a partir de 1905″.
Albarracín, apodado el 'Loco' por su tenaz defensa de los animales,
quería que en Argentina se celebre un día para hablar de todos los
animales y tomando los ejemplos mencionados escribió: "Sobre los 7 mil
niños de una gran escuela pública de Edimburgo que han recibido la
enseñanza humanitaria ninguno de estos fue, en el curso de su vida,
perseguido por asunto criminal".
Le dieron la razón y lejos de imitar otros festejos que hacían en honor
a las aves y a los árboles, él insistió en homenajear a todas las
especies. Así elevó la propuesta y se le ofreció celebrarlo durante los
días hábiles de la semana en el jardín zoológico antes de la primavera
(para que los niños no fueran testigos de los impulsos amatorios de los
animales). Aceptó porque entonces le pareció buena idea celebrar en
medio de las jaulas. Idea de la que desistió más tarde al punto de
pelearse con su director, Clemente Onelli.
Entonces, tenía lugar y faltaba elegir la fecha. Albarracín no quería
que fuera entrado el otoño por frío y no quería esperar mucho tiempo.
Así que decidió que fuera el miércoles 29 de abril. Pero la lluvia que
inundó Buenos Aires hizo que se postergara al sábado 2 de mayo.
Así, se celebró la primera Fiesta del Animal. El diario La Nación, que cubrió el evento, escribió que asistieron 15 mil niños y La Argentina estimó que participaron 13 mil niños y 8 mil adultos.
Tras el memorable festejo, "el prócer de los animales" pidió que desde
entonces cada 29 de abril se celebrara la vida de los animales y que en
ese día los niños les escribieran poemas.
Con el tiempo, la fiesta pasó a llamarse Día del Animal. La casualidad, quizá no, hizo que
Ignacio Albarracín muriera un 29 de abril y que tras su deceso se
tomara la decisión definitiva de inmortalizar la fecha recordando
también su incansable labor.
"Mi abuelo fue un visionario en la defensa de los derechos de los animales"
Sara Albarracín (87),
nieta de Ignacio, habló por primera con un medio argentino y lo hizo
para recordar al gran protector argentino de los animales.
"Mi padre me contaba que mi abuelo era un luchador, que era muy honesto
y muy desinteresado; cosas que aún sorprende. Nació en San Juan, era
abogado y cuando llegó a Buenos Aires se acercó a (Domingo Faustino) Sarmiento,
que era un familiar muy cercano, y entablaron una amistad muy cercana.
Lo admiraba, eran muy unidos. Cuando asumió como presidente de la SAPA
nunca más ejerció como abogado de las personas. Dejó la profesión y se
dedicó solamente a ser defensor de los animales. O sea que ahí deviene
toda la parte económica, digamos, porque su trabajo no era redituado
sino todo lo contrario", reveló a Infobae Sara quien heredó de su abuelo paterno el amor a los animales.
"Cuando Sarmiento se va, mi abuelo asume como presidente de la SAPA y estuvo allí más de 40 años, hasta que murió. ¡Y siempre luchaba por sus animales! Mi
abuelo tenía mucho carácter, así como era muy sensible también tenía
mucho carácter sobre todo por las cosas que veía que pasaban", afirmó la
mujer, confesa proteccionista.
Cuando Albarracín caminaba por las calles de adoquines lo hacía de
traje, con un sombrero que escondía su pelo blanco y con un bastón, que
no solo usaba para ayudarse a caminar.
Por aquellos años, los carruajes tirados por caballos eran el medio de
locomoción permitido en Buenos Aires y pese a que Albarracín intentó
frenar su avance no pudo. Entonces buscó la manera en que, al menos, se
respetase a los animales que hacían de vehículos.
"Mi papá contaba que mi abuelo se peleaba con los cocheros que manejaban los carruajes y que cuando logró que se sancione en 1891 la ley 2786, o Ley Sarmiento, hizo lo imposible para que se cumpliera", apuntó Sara.
"Antes de esa ley, tan importante para el proteccionismo, no había nada
y cualquiera podía hacer cualquier cosa con un animal porque no iba a
ser reprendido ni multado; entonces cuando salió mi abuelo tenía
fundamentos para condenar a alguien, pero pese a eso siguió luchando
para se sancionaran ordenanzas municipales. Una de ellas fue para
proteger a los caballos usados en los carros. Pedía que, como se
insolaban fácilmente, se les pusiera en verano una especie de sombrero
para protegerles las cabezas del sol y que fuera de lona o de lo sea
pero que los protegieran. Ese fue otro motivo para que se burlasen de
él. La gente decía '¡Ahora este loco de Albarracín quiere que los caballos usen sombreros!'", agregó la nieta de Albarracín.
"Además mi abuelo se opuso al tiro a la paloma, a las riñas de gallos.
¡Contra todo eso se suponía y luchó contra muchas cosas más! Hasta se
opuso a que se hiciera una corrida de toros para homenajear a la Infanta
que llegaba de España", reconoce la orgullosa nieta, que a la vez
confiesa: "Mi abuelo era un visionario. Tampoco quería que existiera el
zoológicos porque no le gustaba que los animales estén enjaulados —'inocentes presos', les decía a los animales que estaba allí— Y para él todo fue una lucha, lucha y más lucha contra todo lo que no le gustaba"
Fue para el aniversario de aquella primera Fiesta del Animal que el Diario Crítica
le hizo una entrevista a Albarracín en la que recordaba el camino que
había iniciado 20 años antes. "Le hicieron un lindo homenaje en
reconocimiento a lo que hizo por los animales. Se ve que se emocionó
mucho, él ya sufría del corazón, y se descompuso el 29 de abril. No llegó a terminar ese día", lamentó Sara.
Albarracín fue asistido por el padre de Sara, que era médico. "Lo atendió, le aplicó las inyecciones, pero no resistió".
—De toda la gran labor y trabajo que realizó su abuelo, sobre todo en esa época ¿qué es lo más destaca?
—Que él quería educación. "Educar a las bases", decía y hablaba tanto
de la educación en las escuelas como para el pueblo en general, para los
mismos funcionarios, para todos. Con educación se consigue todo, pero
desgraciadamente viendo ahora la crueldad que hay en todos lados con los
niños, entre los alumnos veo que cuesta defender a los animales.
¡Pobrecitos! No sé qué pasa con la gente actualmente, pero si hubiera
educación. Hay sentimientos, hay respeto. Lo que él pedía eran
charlas en los colegios para enseñar a los niños, para educar a la
sociedad. En su época, la SAPA, por ejemplo, premiaba a los alumnos que
hubieran salvado algún animal o que hubieran hecho el acto heroico como
rescatar a un animal. Papá me contaba que los chicos mostraban
orgullosos sus diplomas de la SAPA por su buena acción. El problema es
la falta de educación. En Buenos Aires, por ejemplo, hay muchísimos
perros abandonados. No se puede permitir eso, hay que entender que los
animales son seres vivos.
—Como nieta, ¿qué le produce leer sobre su abuelo y saber que se lo sigue reconociendo?
—¡Me siento muy orgullosa de él! Yo
también soy defensora de los animales y hasta tuve discusiones, con un
poco de temor, con algunos carreros que llevaban el carro muy cargado. Yo
vivo en el gran Buenos Aires y allí, desgraciadamente, usan a los
caballos y están muy mal, ¡pobrecitos! Donde puedo les discuto, pero a
veces pienso que por ahí me dan con un palo a mi… Desde ya que me siento
muy orgullosa de mi abuelo.
—¡Heredó su carácter!
—¡Si! Debe ser que heredé la tesón de mi abuelo (ríe).
—¿Qué más destaca de Ignacio Albarracín?
—Que era muy desinteresado, austero. No
tenía medios de vida aunque él hubiera podido haber sido un abogado
exitoso porque estaba vinculado por familia con el presidente de la
República ¡Y ni siquiera quiso ser político! Él no era ni
radical, ni conservador ni nada. En esa época, en que era tremenda la
trata de blancas, se oponía a eso, defendía a los indios y su amor y
lucha eran los animales. Esos eran sus ideales y por ellos era muy
austero. Está descansando en el cementerio de Lomas de Zamora.
—¿Le hacen homenajes en ese cementerio?
—¡No, en absoluto! Él quería ser enterrado, pero la mujer, que se murió
a los pocos meses, no quiso enterrarlo e hizo un monumento para dos
cajones y poder estar juntos. Hasta
hace poco tiempo yo he mantenido ese lugar e intenté hacer una gestión
ante la Municipalidad y el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora para
que reconozca ese panteón como Monumento Histórico así dentro de unos
años no lo pueden tirar abajo, pero no lo pude conseguir. No se hizo nada y Lomas se tendría que sentir orgullo de tenerlo ahí.
Día de lucha por la Liberación Animal
Este año, con un cambio de consigna, los grupos, asociaciones,
proteccionistas, activistas independientes y las ONG que luchan por la
defensa de los derechos animales convocan a concentrar en las distintas
ciudades del país. En Buenos Aires la concentración en la Plaza del Congreso a las 18.
"En Argentina se celebra el Día del Animal desde 1908 y con la
concepción social más generalizada incluye solamente a aquellos animales
con los cuales estamos más familiarizados, como ser perros y gatos. Este año comenzó a resignificarse ese día y pasó a llamarse Día de la Lucha por la Liberación Animal para incluir también a los demás animales a quienes sometemos mediante explotación, a causa de la educación que hemos recibido", señalan desde la organización Unidos por la Liberación Animal.
Sobre ese cambio de consigna, el colectivo aseguró: "Este día comienza a
conmemorarse la lucha que debemos llevar adelante para lograr un mundo
justo para ellos, en el cual sean respetados. Y el primer paso, es
cuestionar lo que nos enseñaron".
La concentración será para reclamar presupuestos mínimos para la protección de la fauna urbana,
no más tracción a sangre, prohibición de la experimentación en animales
y reemplazo por métodos alternativos, entre otros puntos.
Fuente: Infobae
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