Son autocríticos, pefeccionistas, movidos... Conozca si tiene un niño con superdotación en su casa.
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Estas son las señales que presentan los niños con altas capacidades.
Niños
que desde bebés han resultado ser precoces, diferentes, con un carácter
también distinto. Suelen ser niños que, a menudo, tienen mayor
capacidad, pero si esto no se diagnostica a tiempo puede tener graves
consecuencias, por ejemplo el fracaso escolar. Olga Carmona, experta en
Diagnóstico y Atención Psicopedagógica de Niños con Altas Capacidades,
ha concedido a ABC Familia una entrevista en la que ofrece pautas a los
padres para que sepan qué hacer si tienen un hijo que posiblemente tenga
altas capacidades.
—¿En qué consiste tener altas capacidades? ¿Es lo mismo que ser superdotado?
—Altas
Capacidades Intelectuales es un concepto que engloba, sobredotación,
talento y precocidad intelectual. Simplificando mucho y para entenderlo,
la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los
superdotados son aquellos niños que tienen un coeficiente de
inteligencia igual o superior a 130. El superdotado posee una
excepcionalidad muy superior en todas las áreas y aptitudes de la
inteligencia, es la expresión máxima de la inteligencia humana.
Las
personas con talento puntúan alto en una aptitud específica (talento
simple) o en varias combinadas (talento complejo), pero están dentro de
la media o incluso por debajo, en el resto de aptitudes. Por ejemplo, si
tomamos como referencia el modelo de Inteligencias Múltiples de
Gardner, un talento simple podría dar muy elevado en inteligencia
corporal –cinestésica— como es el caso de los jugadores de fútbol, pero
da normal o incluso bajo en el resto.
La
precocidad intelectual definiría aquellos niños que adquirieron de
forma temprana algunos hitos intelectuales o psicomotrices, por ejemplo
comenzaron a hablar antes de los dos años o a escribir antes que el
resto de sus compañeros de edad. Todos los niños superdotados son
precoces intelectualmente, pero no todos los precoces devienen en
superdotados. Es decir, cabe esperar que algunos de esos niños precoces
acaben por estabilizarse con el paso del tiempo, si bien no es lo más
frecuente.
En
ambos casos, tanto en el talento como en la sobredotación, la
creatividad tiene un papel protagonista, ya que el perfil de estas
personas es altamente creativo.
—Cómo se sabe que un niño tiene altas capacidades?
—A
través de una evaluación completa hecha por expertos. Esta evaluación
debe incluir coeficiente intelectual, creatividad, historia de vida y
estado emocional, como mínimo.
Las señales
—¿Cuáles son los síntomas más evidentes y a partir de qué edades se notan?
—Son
bebés muy demandantes, se sobrestimulan con facilidad, tienen un alto
nivel de coordinación psicomotriz, levantan la cabeza antes del mes de
vida, vocalizan dos sonidos diferentes sobre el mes y medio, dice su
primera palabra hacia los 5 meses y a los 6 ya responden a su nombre.
Posteriormente aparecen otras características comunes a la mayoría de los superdotados:
Son
muy intensos emocional y sensorialmente: La intensidad emocional
desconcierta a los padres porque no entienden el exceso de emocionalidad
en sus reacciones. La baja tolerancia a la frustración les hace
estallar en rabietas descomunales, reaccionan de forma exagerada a una
película triste o de miedo, muestran de forma precoz e intensa una
enorme capacidad empática y un radical sentido de la justicia y la
equidad.
Sensorialmente
describen una característica poco conocida y aún menos entendida por
los padres: la hipersensibilidad sensorial. Los padres describen que a
su hijo le molesta la etiqueta de la ropa, los sonidos fuertes, las
luces intensas… Los niños altamente creativos y superdotados perciben la
realidad de forma diferente: perciben muchos más inputs sensoriales que
el resto de personas y además de forma aumentada. Esta característica
puede afectar a cualquiera de los cinco sentidos: tacto, oído, olfato,
vista y gusto o incluso a todos ellos. También pueden exhibir
hipersensibilidad psicomotriz, es decir, son niños muy movidos, con
excedentes de energía, difíciles de agotar, entusiastas, y con una
inabarcable necesidad de estar en actividad, sea física o cognitiva. Es
muy frecuente el erróneo diagnóstico de Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDA-H) en niños superdotados, ya que el aburrimiento les
lleva a la desconexión y ponen su excedente de energía al servicio del
movimiento, pero nada más lejos de la realidad ya que la capacidad de
concentración de estos niños es tan intensa que muchos padres refieren
que parecen sordos cuando están inmersos en una tarea de su interés.
Cuestionan la autoridad y las normas si éstas no están argumentadas y tienen sentido para ellos.
Les
preocupan temas relacionados con la existencia a edades muy tempranas,
la muerte, la existencia de Dios, nuestro origen, la justicia social.
Memoria
prodigiosa, tanto a corto, como a la largo plazo y de todo tipo
incluyendo la memoria eidética, que es la capacidad de recordar
imágenes, sonidos y objetos con un nivel de detalle muy preciso y sin
necesidad de usar mnemotecnia. Se da en niños superdotados y no se
encuentra en adultos.
En
la mayoría de los casos hacen un aprendizaje de la lectoescritura muy
temprano y de forma autodidacta, cuando son escolarizados a los 3 años,
muchos de ellos ya leen y escriben sin haber recibido estimulación ni
aprendizajes previos.
Poseen un vocabulario preciso, rico y muy amplio para su edad.
Predilección por juegos de carácter cognitivo, tipo puzles, legos, etc…
Son
muy autocríticos, pefeccionistas y competitivos. Gran sentido de la
independencia y por tanto, de la libertad. No resultan fáciles de educar
especialmente en sistemas familiares y escolares rígidos y con exceso
de normas.
Suelen
ser muy distraídos fuera de aquello que les interesa. La explicación
está en que estos niños conviven con un cerebro que percibe todo, todo
el tiempo, por lo que tienen sobrecargas sensoriales y emocionales,
desorganización personal, distracción, retraso en el procesamiento de la
información menos relevante, bloqueos y fatiga mental. Es común que los
padres nos digan que no conciben como su inteligente hijo no es capaz
de ponerse la camiseta del derecho o parecer «ido» cuando se le habla.
Su
desarrollo sigue un curso desigual, lo que los psicólogos llamamos
disincronía evolutiva, que consiste básicamente en que todas las áreas
de su desarrollo no siguen una evolución paralela, de manera que un
niños con alta capacidad puede estar preocupado por temas existenciales y
a su vez reaccionar con una rabieta ante la pérdida de un juguete.
Ocurre que intelectualmente está en un lugar y emocionalmente en otro.
También es frecuente que el niño quiera hacer cosas que ha pensado e
imaginado pero que no puede hacerlas porque por su edad está limitado a
nivel motriz, lo que produce una gran frustración y deriva en llantos de
impotencia.
Cómo actuar
—¿Qué hacer cuando un niño tiene altas capacidades?
—Informarse
todo lo posible para poder entender cuáles son las necesidades de su
hijo, aceptarle. Vivirlo como un privilegio, no como un problema. Tener
un hijo con alta capacidad es un regalo, no una enfermedad.
—El
sistema educativo español no parece muy propicio para un niño de altas
capacidades. ¿Qué le espera a ese alumno en un colegio normal donde no
será entendido ni entenderá nada?
—El
fracaso rotundo, a nivel personal y académico. El niño se frustrará y
tirará la toalla. No es infrecuente encontrar síntomas de ansiedad y
depresión en niños no diagnosticados o no atendidos de acuerdo a sus
necesidades. Y desgraciadamente en España, esta no es una prioridad. En
el sistema público, en general, los profesores carecen de la formación
imprescindible para satisfacer la demanda de estos niños y son vividos
como una carga o como un problema.
—¿Si unos padres sospechan que su hijo tiene altas capacidades, qué deberían hacer?
—Acudir
lo antes posible a un experto para que confirme o no el diagnóstico. La
detección a edades tempranas, favorece la canalización de todo su
potencial y hace que los padres empiecen entender y a empatizar con las
necesidades reales de su hijo.
Ser
superdotado no es una característica, es una forma de ser y por ello,
una forma diferente de entender y procesar la realidad. En la infancia,
esto puede resultar muy difícil porque perciben mucha más información de
la que puede gestionar, el mundo se vuelve por momentos hostil, lento e
incomprensible para ellos. Los otros niños tienen intereses muy
diferentes a los suyos y no parecen comprenderles, incluso muchos padres
que no saben que su hijo es distinto, intentan por todos los medios que
se comporte de acuerdo al patrón establecido para la media de los niños
de su edad, lo que da lugar a muchos desencuentros, soledades e
infelicidad.
El
nuevo paradigma de la superdotación y de las altas capacidades considera
que las personas superdotadas constituyen el mayor capital humano de la
sociedad, si sus dones y talentos se educan adecuadamente (Guía
Científica de las Altas Capacidades, Gobierno de España).
Los
padres somos la piedra angular en su desarrollo y su felicidad, aunque
necesitamos el apoyo de otros profesionales y especialmente del sistema
educativo para lograr que estos «niños-regalo» puedan desplegar todo su
potencial y convertirse en inmensos bienes para sí mismos y para toda la
sociedad.
«Los niños con altas capacidades se aburre ante tareas monótonas y repetitivas»
G. M. MADRID
Respecto
a la forma en que el sistema educativo español incluye a los alumnos
con altas capacidades, Carmen Serrano, directora Pedagógica del Colegio
Balder en Madrid, opina que «el sistema educativo actual sigue anclado
en una línea excesivamente tradicional donde la experimentación, la
investigación y la creatividad son relegadas a un segundo plano. Hay
colegios que siguen centrados en los libros de texto como único material
de aula, en que los niños acumulen contenidos, sin permitirles que los
vivencien y establezcan un verdadero aprendizaje significativo. Esta
situación no puede ser más desmotivante para los niños con altas
capacidades; ellos suelen tener intereses que no tienen porqué estar en
el temario del curso y les limitamos a lo que aparece en los libros
"porque han de hacer lo que los demás", cuando sabemos que se aburren
enormemente ante tareas monótonas y repetitivas que nos les supone
ningún reto intelectual. Estos alumnos necesitan que se les comprenda,
que los adultos que les rodeamos entendamos que hemos darles espacios
abiertos y flexibles donde dar rienda suelta a su creatividad e
imaginación, poniendo todos los recursos necesarios a su alcance para
que puedan desarrollar su talento. De no hacerlo, serán niños que se
sentirán incomprendidos, desubicados y desmotivados antes un entorno
escolar que no le enriquece, sino que le ahoga, pudiendo llegar a
presentarse cuadros de ansiedad, problemas de autoestima y de
habilidades sociales, e incluso llegar a casos extremos de fracaso
escolar. En definitiva, se trata de conocer en profundidad a cada niño
que tenemos delante, saber cuáles son sus intereses, sus inquietudes y
necesidades para, a partir de aquí, ir ofreciéndole los recursos que
necesita en cada momento de su vida escolar. El objetivo con estos niños
es, además de estimular su capacidad intelectual, desarrollar todas
esas cualidades que se engloban dentro de la llamada inteligencia
emocional que les ayudará a sacar lo mejor de sí mismos y a integrarse
de manera satisfactoria en su entorno»..
Fuentes: BBC en D Chaco
Fuentes: BBC en D Chaco
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Y vale aclarar que es muy importante detectar y estimular esas altas capacidades SIN interferir en el desarrollo "natural" de los chicos...
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