Además de síntomas como fatiga y lentitud mental
Un reciente estudio arrojó luz sobre los mecanismos detrás de esta condición que afecta a millones de personas en todo el mundo
Los síntomas de la Covid persistente, como fatiga crónica, dificultad para concentrarse y lentitud mental, pueden persistir meses después de la infección inicial.
La investigación, publicada en una prestigiosa revista médica, identifica cambios significativos en el cerebro de pacientes con covid persistente, lo que podría explicar algunos de los síntomas más debilitantes de esta condición.
El estudio, realizado por un equipo internacional de investigadores, utilizó técnicas avanzadas de neuroimagen para comparar los cerebros de personas que padecen covid persistente con los de individuos que se recuperaron completamente de la enfermedad. Los resultados mostraron alteraciones en áreas clave del cerebro relacionadas con la memoria, la atención y la regulación emocional. En particular, se observó una reducción en el volumen de materia gris en regiones como el hipocampo, asociado a la memoria, y la corteza prefrontal, vinculada a la toma de decisiones y el control cognitivo.
Además, los investigadores detectaron cambios en la conectividad funcional del cerebro, es decir, en la forma en que las diferentes regiones cerebrales se comunican entre sí. Estos hallazgos podrían explicar síntomas como la "niebla mental", un término coloquial que describe la dificultad para pensar con claridad, recordar información o mantener la concentración. "Estos cambios cerebrales podrían ser la base de muchos de los síntomas cognitivos y emocionales que experimentan los pacientes con covid persistente", explicó uno de los autores principales del estudio.
Implicaciones para el tratamiento
Los resultados de esta investigación no solo ayudan a comprender mejor las causas del covid persistente, sino que también abren nuevas vías para el desarrollo de tratamientos específicos. Hasta ahora, el manejo de esta condición se ha centrado principalmente en aliviar los síntomas, pero los nuevos hallazgos sugieren que podrían ser necesarias intervenciones dirigidas a la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y recuperarse.
"Entender cómo el virus afecta al cerebro a largo plazo es crucial para diseñar terapias efectivas", señaló una de las investigadoras. "Estamos explorando opciones como la rehabilitación cognitiva y técnicas de estimulación cerebral no invasiva, que podrían ayudar a restaurar la función cerebral en estos pacientes".
Problema global
El covid persistente se ha convertido en un desafío de salud pública a nivel mundial. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 10% y el 20% de las personas infectadas con el virus SARS-CoV-2 experimentan síntomas prolongados. Estos incluyen no solo fatiga y problemas cognitivos, sino también dificultad para respirar, dolor muscular y trastornos del sueño, entre otros.
Los expertos subrayan la necesidad de seguir investigando este fenómeno y de brindar apoyo a los pacientes que lo padecen. "El covid persistente no es solo una secuela física; también tiene un profundo impacto en la calidad de vida de las personas", destacó un especialista en enfermedades infecciosas. "Es fundamental que los sistemas de salud reconozcan esta condición y ofrezcan recursos adecuados para su manejo".
Mientras tanto, los pacientes con covid persistente esperan que estos avances científicos se traduzcan en tratamientos concretos que les permitan recuperar su bienestar y funcionalidad. "Es esperanzador saber que se están haciendo progresos", comentó una paciente que lleva más de un año lidiando con fatiga extrema y niebla mental. "Pero necesitamos respuestas y soluciones pronto".
Este estudio marca un hito en la comprensión del covid persistente y refuerza la urgencia de abordar esta condición como una prioridad en la agenda de salud global.
Fuente: D. Norte
Un reciente estudio arrojó luz sobre los mecanismos detrás de esta condición que afecta a millones de personas en todo el mundo
Los síntomas de la Covid persistente, como fatiga crónica, dificultad para concentrarse y lentitud mental, pueden persistir meses después de la infección inicial.
La investigación, publicada en una prestigiosa revista médica, identifica cambios significativos en el cerebro de pacientes con covid persistente, lo que podría explicar algunos de los síntomas más debilitantes de esta condición.
El estudio, realizado por un equipo internacional de investigadores, utilizó técnicas avanzadas de neuroimagen para comparar los cerebros de personas que padecen covid persistente con los de individuos que se recuperaron completamente de la enfermedad. Los resultados mostraron alteraciones en áreas clave del cerebro relacionadas con la memoria, la atención y la regulación emocional. En particular, se observó una reducción en el volumen de materia gris en regiones como el hipocampo, asociado a la memoria, y la corteza prefrontal, vinculada a la toma de decisiones y el control cognitivo.
Además, los investigadores detectaron cambios en la conectividad funcional del cerebro, es decir, en la forma en que las diferentes regiones cerebrales se comunican entre sí. Estos hallazgos podrían explicar síntomas como la "niebla mental", un término coloquial que describe la dificultad para pensar con claridad, recordar información o mantener la concentración. "Estos cambios cerebrales podrían ser la base de muchos de los síntomas cognitivos y emocionales que experimentan los pacientes con covid persistente", explicó uno de los autores principales del estudio.
Implicaciones para el tratamiento
Los resultados de esta investigación no solo ayudan a comprender mejor las causas del covid persistente, sino que también abren nuevas vías para el desarrollo de tratamientos específicos. Hasta ahora, el manejo de esta condición se ha centrado principalmente en aliviar los síntomas, pero los nuevos hallazgos sugieren que podrían ser necesarias intervenciones dirigidas a la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y recuperarse.
"Entender cómo el virus afecta al cerebro a largo plazo es crucial para diseñar terapias efectivas", señaló una de las investigadoras. "Estamos explorando opciones como la rehabilitación cognitiva y técnicas de estimulación cerebral no invasiva, que podrían ayudar a restaurar la función cerebral en estos pacientes".
Problema global
El covid persistente se ha convertido en un desafío de salud pública a nivel mundial. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 10% y el 20% de las personas infectadas con el virus SARS-CoV-2 experimentan síntomas prolongados. Estos incluyen no solo fatiga y problemas cognitivos, sino también dificultad para respirar, dolor muscular y trastornos del sueño, entre otros.
Investigar más
Aunque el estudio no establece una relación causal directa entre los cambios cerebrales y los síntomas, los investigadores creen que estos hallazgos son un paso importante para desentrañar los misterios del covid persistente. "Sabemos que el virus puede afectar múltiples sistemas del cuerpo, pero ahora tenemos evidencia más clara de su impacto en el cerebro", afirmó otro de los científicos involucrados.Los expertos subrayan la necesidad de seguir investigando este fenómeno y de brindar apoyo a los pacientes que lo padecen. "El covid persistente no es solo una secuela física; también tiene un profundo impacto en la calidad de vida de las personas", destacó un especialista en enfermedades infecciosas. "Es fundamental que los sistemas de salud reconozcan esta condición y ofrezcan recursos adecuados para su manejo".
Mientras tanto, los pacientes con covid persistente esperan que estos avances científicos se traduzcan en tratamientos concretos que les permitan recuperar su bienestar y funcionalidad. "Es esperanzador saber que se están haciendo progresos", comentó una paciente que lleva más de un año lidiando con fatiga extrema y niebla mental. "Pero necesitamos respuestas y soluciones pronto".
Este estudio marca un hito en la comprensión del covid persistente y refuerza la urgencia de abordar esta condición como una prioridad en la agenda de salud global.
Fuente: D. Norte
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