Consejos para hacer deporte en verano sin sufrir un golpe de calor

En qué horarios conviene no practicar ejercicios

Las altas temperaturas pueden afectar seriamente al organismo durante la actividad física. Cómo adaptar la rutina para mantenerse seguro y saludable bajo el sol.

El verano trae consigo temperaturas extremas que pueden afectar significativamente al organismo, especialmente durante la actividad física. Mientras el ejercicio tiene numerosos beneficios, las altas temperaturas pueden convertirlo en un desafío para el cuerpo humano, según publica Infobae.

Los especialistas aconsejan evitar los horarios de mayor calor, que en Argentina se ubican en el rango entre las 10 y las 17. Durante esas horas, sobre todo en verano, no es conveniente hacer actividad física.

QUÉ TENER EN CUENTA AL HACER EJERCICIO

Cuando las temperaturas superan los 32 grados o 33 combinadas con alta humedad, el sistema natural de termorregulación del cuerpo puede fallar, lo que dificulta la eliminación del calor generado tanto por el ambiente como por el metabolismo. Esto puede derivar en síntomas como agotamiento, irritabilidad, náuseas, vómitos, dolor de cabeza y calambres musculares. En casos graves, puede llegar a un desmayo o síncope.

El doctor Heredia destaca que todos, independientemente de su edad o estado físico, están en riesgo durante estas condiciones climáticas. Sin embargo, ciertos grupos como adultos mayores, niños pequeños, embarazadas, personas con enfermedades crónicas o quienes toman ciertos medicamentos son particularmente vulnerables.

Por ello, es crucial adaptar la rutina deportiva según las condiciones climáticas, priorizando horarios más frescos y evitando la exposición directa al sol en las horas de mayor calor.
Una de las recomendaciones es hidratarse durante el ejercicio, y consumir líquidos antes, durante y después de la actividad. Las bebidas isotónicas con sales minerales también son útiles.

DIEZ RECOMENDACIONES

1- Mantener una hidratación adecuada: beber entre 2,5 y 3,5 litros de agua fría al día, sin esperar a sentir sed. Evitar bebidas alcohólicas, con cafeína o azúcar.

2- Elegir una alimentación ligera: optar por frutas, verduras y alimentos bajos en grasa para no sobrecargar el sistema digestivo.

3- Usar ropa adecuada: priorizar prendas livianas, de colores claros y materiales como algodón, que faciliten la transpiración.

4- Protegerse del sol: utilizar gorra, sombrero y gafas de sol para reducir la exposición directa.

5- Aplicar protector solar: elegir productos con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y reaplicarlo según las indicaciones.

6- Evitar horarios de mayor calor: en Argentina, es recomendable evitar cualquier actividad física entre las 10 y las 17.

7- Hidratarse durante el ejercicio: consumir líquidos antes, durante y después de la actividad. Las bebidas isotónicas con sales minerales también son útiles.

8- Preferir espacios ventilados: buscar áreas sombreadas o con buena circulación de aire para realizar actividades.

9- Tomar duchas templadas: ayudan a reducir el calor corporal y eliminar el sudor.

10- Consultar al médico: si hay dudas o síntomas persistentes, se debe buscar atención profesional de inmediato.

Los síntomas de una condición que puede ser grave

El golpe de calor es una condición grave que ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura y esta supera los 39 °C. Entre los síntomas iniciales se encuentran:

-Agotamiento extremo.

-Dolores de cabeza persistentes.

-Náuseas o vómitos.

-Calambres musculares.

-Piel seca y caliente al tacto (en casos avanzados).

-Desorientación o confusión mental.

-En casos críticos, pérdida del conocimiento.

Estos síntomas requieren atención médica inmediata. Ante cualquier sospecha de golpe de calor, es fundamental detener la actividad física, buscar sombra o un lugar fresco, hidratarse con agua fría y consultar a un médico o acudir a un servicio de emergencias.

En tanto, según la página del Ministerio de Salud de la Nación, el agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor, y hay que reconocerlo para prevenir una situación más grave. Sus síntomas son:

-Sudoración excesiva.

-En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina).

-Piel pálida y fresca.

-Sensación de calor sofocante.

-Sed intensa y sequedad en la boca.

-Calambres musculares.

-Agotamiento, cansancio o debilidad.

-Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos.

-Dolores de cabeza.

-Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).

-Mareos o desmayo.

LOS MÁS VULNERABLES

Los que tienen mayor riesgo son:

-Los menores de 5 años y más aún los menores de 1 año.

-Los niños con enfermedades crónicas (cardíacas, renales, mentales o neurológicas y otras).

-Los niños con fiebre por otra causa o diarrea.

-Los niños que presentan obesidad o desnutrición.

-Los que tienen la piel quemada por el sol.

Fuente: D. Norte



Comentarios