El uso excesivo del teléfono celular puede cambiar nuestro cerebro

IMPACTANTE RESULTADO DE UN ESTUDIO CIENTÍFICO

Es una consecuencia del exceso de estímulos y de cómo ello altera nuestra rutina. Es comparable con una adicción.

Un estudio de la Universidad de Heidelberg indica que el uso excesivo del teléfono celular puede afectar al cerebro e, incluso, generar síntomas propios de una adicción. A la par, la cadena alemana Deustche Welle (DW) alertó de que "el constante bombardeo de noticias, mensajes y notificaciones puede hacer menguar regiones cerebrales enteras".

                                                                            
El uso del teléfono celular se volvió, para muchas personas, una adicción con consecuencias directas sobre su salud física y mental.

El informe señala que los celulares llaman nuestra atención permanentemente y este exceso de estímulos pone al cerebro todo el tiempo "en estado de alarma". Esto genera un estrés al que el cerebro responde liberando hormonas como el cortisol, lo que reduce nuestro rendimiento, y a largo plazo puede arruinar nuestra salud.


EXCESO DE ESTÍMULOS


¿La mente puede recuperarse del exceso de celular? ¿Cuáles son los principales signos de las modificaciones cerebrales causadas por el uso de celular? Al respecto, la agencia informativa Noticias Argentinas dialogó con Alejandro Andersson, neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires.

"Efectivamente, el exceso de estímulos y el estado de alerta constante pueden tener muchas consecuencias en el cerebro y su funcionamiento", introdujo Andersson. Y enumeró las principales consecuencias observadas:

Estrés crónico: el estado de alerta constante puede llevar a un aumento en los niveles de estrés crónico o distrés. El estrés sostenido puede tener efectos negativos en el cerebro, como la reducción del tamaño del hipocampo, una región cerebral importante para la memoria y el manejo del estrés.

Fatiga mental: la sobreexposición a estímulos puede llevar a la fatiga mental, lo que dificulta la concentración y la toma de decisiones. Esto puede afectar la productividad y la calidad de vida.

Cambios en la estructura cerebral: algunos estudios sugieren que la exposición crónica a estímulos digitales puede llevar a cambios en la estructura cerebral. Por ejemplo, la disminución del volumen de ciertas regiones relacionadas con la atención y la memoria.

Disminución de la atención: el bombardeo constante de notificaciones y mensajes puede reducir la capacidad de mantener la atención en una tarea específica durante períodos prolongados. Esto se asocia con una disminución de la productividad y un aumento de los errores.

Dependencia digital: el uso excesivo de dispositivos electrónicos, como smartphones, puede generar síntomas de adicción comportamental. Las personas pueden sentir la necesidad compulsiva de revisar sus dispositivos y experimentar ansiedad o irritabilidad cuando no pueden hacerlo.

Problemas de sueño: la exposición constante a la luz azulada de las pantallas antes de dormir puede interferir con la calidad del sueño. Esto puede llevar a problemas de insomnio y afectar la capacidad de recuperación del cerebro durante el descanso.

Ansiedad y depresión: el estado de alerta constante y la dependencia digital pueden contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad y depresión en algunas personas.


¿SE REVIERTE?


Una duda que surge es si los cambios son reversibles. "La reversibilidad de los cambios en el cerebro causados por el exceso de estímulos y el estado de alerta constante puede variar según diversos factores, como la gravedad de los cambios y la capacidad de adaptación del cerebro: Teóricamente muchos de estos cambios son reversibles o pueden mejorarse significativamente con la adopción de hábitos y estrategias adecuadas, mientras que otros pueden ser más persistentes", detalló Andersson.

Entre los cambios potencialmente reversibles, mencionó los ocurridos en la estructura cerebral. Y acotó que "algunos estudios sugieren que la disminución del volumen de ciertas regiones cerebrales, como el hipocampo, debido al estrés crónico y la sobreexposición a estímulos digitales, puede ser reversible". "La adopción de estrategias de manejo del estrés, el ejercicio regular y el descanso adecuado pueden ayudar a restaurar el tamaño y la función de estas regiones", añadió.

Hay terapias que ayudan a resolver o aliviar la dependencia digital

El doctor Alejandro Andersson señala que la adicción a dispositivos tecnológicos, como el celular, "puede ser tratada y revertida con el apoyo adecuado. La terapia cognitivo-conductual y la terapia de modificación de comportamiento han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la dependencia digital. Con el tiempo, las personas pueden aprender a controlar su uso de dispositivos y reducir la necesidad compulsiva de estar en línea constantemente", señaló.

Asistidas profesionalmente, las personas con dependencia digital pueden controlar el problema.

Los problemas de sueño, y los problemas de ansiedad y depresión también pueden aparecer como consecuencia de un mal uso del celular. Andersson consideró que "si se comprueba que los problemas de sueño están relacionados con la exposición a pantallas antes de dormir, hay que mejorar los hábitos de sueño y reducir la exposición a la luz azul de las pantallas puede ayudar a restaurar un patrón de sueño más saludable".

¿Qué podemos hacer para una "desintoxicación" mental?

El neurólogo Alejandro Andersson brinda una serie de sugerencias para aprender a cuidar el cerebro en relación con el uso habitual del celular (y redes sociales):

-Poner límites de tiempo: establecer horarios fijos para usar el teléfono y las redes sociales. Evitar chequearlo todo el tiempo.
-Desactivar notificaciones innecesarias: solo habilitar las de las apps y contactos más importantes.
-Desconectarse digitalmente: dar tiempo sin pantallas al cerebro, sobre todo antes de ir a dormir.
-Limitar el uso de las redes sociales: reducir o eliminar la presencia en plataformas que no suman a su vida.
-Cultivar vínculos reales: poner en primer lugar las relaciones cara a cara en lugar de las interacciones online.
-Mantenerse activo: hacer ejercicio físico es clave para el cerebro.
-Comer bien: una dieta equilibrada, con alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables y vitaminas, es fundamental para el cerebro.
-Aprender cosas nuevas: mantener la mente activa y desafiada. Aprender un idioma, un instrumento musical o una técnica de relajación.
-Hacer una pausa digital: cada tanto, desconectarse por completo de la tecnología durante un día o un fin de semana. Permite evaluar qué tan sometidos estamos al teléfono.
-Más mundo real: leer, hacer ejercicio, pasear al aire libre, ver amigos.

Fuente: D. Norte


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