Será convocada en los próximos días. Reactivarla fue un compromiso de campaña, pero deberá enfrentar la “prueba ácida” de la realidad.
La última vez. Paritaria nacional en febrero de 2016. El ministro de Educación era Esteban Bullrich.
El gobierno de Alberto Fernández está metido en una suerte
de trampa, de la cual le va a resultar difícil salir sin algún costo
político. Y esa “trampa” se llama paritaria nacional docente. ¿Por qué
se parece a una trampa? Primero y principal, porque esa paritaria estuvo
en el centro de la disputa entre los gremios docentes y el macrismo
-que la disolvió-, y su restitución fue el único compromiso concreto que hizo Fernández candidato sobre temas educativos.
Esto genera una enorme expectativa
con respecto a la solución que puede traer al problema del salario de
los maestros, castigado en los últimos años como el de cualquier otro
trabajador argentino.
Pero sucede que la llamada paritaria nacional -que será convocada en
los próximos días- es una negociación prevista entre el Ministerio de
Educación -que no administra directamente los recursos de las escuelas,
porque son provinciales- con los sindicatos docentes nacionales (y no
los distritales, que están más cerca de los problemas más concretos de
las escuelas).
El nuevo gobierno de los Fernández, bajo la lupa de Ignacio Miri.
De modo que se trata de una reunión en la que un grupo de negociadores toman decisiones que afectan los recursos y las condiciones laborales de terceros que no participan directamente del encuentro.
Con tres agregados adicionales. Uno: el gasto educativo representa una
buena parte -cerca de un tercio- del presupuesto de las provincias, y el
salario docente se lleva casi todo, con lo cual cualquier retoque ahí impacta en las finanzas distritales. Dos: esto se da en un contexto de ajuste en todas las cuentas públicas. Y si no, que les pregunten a los jubilados. Tres: todos saben que un paso en falso en esa negociación podría derivar en el no inicio de las clases el 2 de marzo. Y ese sí sería un costo político grande para el Gobierno nacional.
Desactivar esta “bomba” requiere de conversaciones con todos, de
acuerdos, de llegar a la reunión con el pulgar para arriba de quienes no
estarán presentes. Y este parece ser el camino que eligió el Gobierno.
El ministro Nicolás Trotta estuvo reunido, estos días, con gobernadores,
ministros de Educación provinciales y con gremios docentes (ojo que acá
también hay una interna). ¿Qué saldrá de todo esto?
Lo más
probable es que el Gobierno nacional haga el mayor esfuerzo, subiendo la
parte del salario que paga a los maestros (a través de los fondos de
Incentivo y Compensación) y que esto derive en mayor suba para los
salarios más bajos, o un “achatamiento” de la pirámide salarial. Pero
podría surgir una polémica sobre si esto es justo para el resto de los docentes (y habrá que ver si todos los gremios lo aceptan), y sobre si las provincias -que recibieron más recursos los últimos años- no deberían también hacer un esfuerzo adicional por la educación.
PREGUNTO PARA CUANDO VAN A EMPEZAR CON LAS PARITARIAS. O EN JULIO POR AHI
ResponderBorrarY si los gremios no se venden como el año pasado, debería estar arrancando ya con el salario de febrero. Pero...
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