Violencia en aumento

Claudia Araujo

“Existen muchas causas por las cuales estoy dispuesto a morir, pero ninguna por la cual esté dispuesto a matar” (Mahatma Gandhi).


La máxima de uno de los más representativos exponentes de la humanidad en la lucha pacífica puede sonar extrema y tal vez por ello tan contundente. Sin embargo, la muerte de un manifestante en reclamo por el cumplimiento de un derecho o por el cambio de ciertas condiciones sociales, educativas o laborales es tan frecuente como las mismas protestas.

Un hecho menos frecuente es la muerte de un adolescente a manos de otro durante una Estudiantina o frente a su casa. Ambos episodios ocurrieron lamentablemente en nuestra provincia con una diferencia de unos pocos días, diez para ser más precisos. Ambos después de una absurda discusión por temas intranscendentes y ante la mirada atónita de amigos, o peor aun, familiares de una de las víctimas. En los dos casos hubo resentimientos, cruces verbales, desbordes y un arma blanca que consumó el desquicio. Dos muertes absurdas. Dos tragedias evitables.

Sin tratarse de una cuestión de vida o muerte, al menos tres hechos de violencia física contra docentes trascendieron esta semana en los medios nacionales. En un correlato local, el área dedicada a atender casos semejantes confirmó a esta columna que son cada vez más frecuentes los ataques a maestros y profesores (ver recuadro “Hay que fortalecer al docente”).

Lejos de buscar estigmatizar a los autores de las agresiones físicas, vale hacer un alto para plantear algunos interrogantes. Preguntarnos, por ejemplo, ¿dónde se origina, crece, se fortalece y reproduce la violencia?, ¿una ofensa es reversible?, ¿un violento puede dejar de serlo?, ¿ceder es doblegarse?, ¿defenderse puede confundirse con atacar?, ¿las agresiones pueden prevenirse?

Expulsar o no expulsar

En los últimos días un nuevo ataque a un docente en una escuela fue noticia. Esta vez ocurrió en una escuela de Pergamino. Ricardo Fusco, director del secundario 11, fue agredido a cuchillazos por un alumno y a golpes por la madre del adolescente. El ataque fue tal que el hombre debió ser hospitalizado. La mujer —que permanece detenida— dijo que lo golpeó porque ‘acosaba’ a su hijo. El repudio de los colegas de Fusco movilizó una protesta y huelga por 24 horas en la provincia de Buenos Aires.

Luego de solidarizarse con el docente, el ministro nacional de Educación, Alberto Sileoni, hizo un pedido: “El peligro es que ante estos hechos dolorosos volvamos a la nostalgia de pensar que algunos chicos no tienen que estar en las escuelas, pero el único camino es que sean incluidos por ellas”.

Sobre qué hacer ante episodios tan graves consideró que “tal vez ese alumno no pueda estar en condiciones de seguir en esa escuela”, e instó a que el chico no cargue con el estigma de por vida. El llamado de atención fue para todos los integrantes de la comunidad educativa: “Si la familia no acompaña, los educadores poco pueden hacer; si hay una mamá que no acepta la autoridad, va más allá de todo límite”, planteó Sileoni.

En contraposición el director de Cultura y Educación bonaerense, Mario Oporto, consideró que al alumno debía ser expulsado de la escuela, porque “no puede seguir en una institución a la que ha dañado tanto”. Sin embargo, reparó que el Estado lo puede “acompañar y encauzar” en la continuidad de sus estudios. Finalmente se dispuso el pase del chico a otro colegio.

Los dos funcionarios coincidieron en un punto: es necesario fortalecer al docente y sobre la preocupación de asistir a un problema muy complejo.

Tendencia antidocente en alza

Una segunda agresión se conoció el jueves pasado y ocurrió en la escuela Nº 3 de Tres Arroyos, cuando la madre de un alumno agredió a la directora Mónica Crivelli. Todo fue a partir de una conversación sobre la conducta de un alumno, pero imprevistamente la mujer atacó a golpes de puño a la docente. Afortunadamente no hubo secuelas físicas; las autoridades del distrito bonaerense calificaron al hecho como atípico y atribuyeron el episodio como propio de la violencia social actual.

En tanto en Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, la madre de una alumna de primer grado atacó violentamente a una maestra por haberle aplicado a su hija una mala nota. El hecho se produjo en el domicilio de la docente, donde acudió la mujer para simular que iba a pedirle una tarea. Cuando la maestra abrió la puerta la agresora le aplicó un fuerte golpe en la cara.

Los dos casos encuentran semejantes orígenes y protagonistas. Sobre los dos casos de violencia la inspectora Liliana D’Annunzio opinó que “la violencia social cada vez irrumpe más en la escuela”.

Roberto Baradel, titular del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) dijo que se impulsó una medida de fuerza “para hacer un llamado de atención y se tomen medidas para erradicar la violencia y para repudiar y prevenir hechos como los ocurridos en Pergamino”.

Para la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) las razones del ausentismo docente hay que buscarlas en esas cuestiones. “Los maestros enfrentan situaciones de alto riesgo psicosocial y quedan muy mal tanto física como psicológicamente”, manifestó la sindicalista Mirta Petrocini. El sector denunció que más del 32 por ciento de las consultas a la FEB es por trastornos derivados de hechos de violencia física, verbal y moral que padecen los docentes. “Hoy se hacen públicos otros casos similares, lo cual pone de manifiesto que la tarea docente se ha convertido en una profesión de alto riesgo”, enfatizó Petrocini.

Con similar diagnóstico, la Unión de Docentes Argentinos (UDA) añadió que tres de cada cinco licencias docentes son por casos vinculados con la violencia escolar.

Sergio Romero, secretario del sindicato, pidió garantías para “educar sin miedo y crear el clima adecuado en las aulas; tiene que haber una agenda y trabajar en conjunto para sacar esta problemática adelante. El Estado debe garantizar las condiciones de trabajo de los educadores”, pidió para evitar que los maestros “sobrelleven todo prácticamente en soledad y sin resguardos”.

Tanto la FEB como Suteba y UDA exigen que equipos interdisciplinarios, integrados por abogados, médicos, psicólogos y trabajadores sociales, operen activa y efectivamente con la escuela, la comunidad y con otras instituciones.

El sentido de una conmemoración

Curiosamente el 2 se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia, una fecha en el calendario de Naciones Unidas dedicada a recordar otro aniversario del nacimiento Mahatma Gandhi, líder del movimiento de la Independencia de la India y pionero de la filosofía de la protesta pacífica.

Desde 2007 la conmemoración propone diseminar el mensaje “a través de la educación y la conciencia pública”. En la presentación de la propuesta se aludió al respeto universal por Mahatma Ghandi y la perdurable relevancia de su filosofía. Después de repasar lo sucedido en las últimas semanas, luego del desconcierto y la desorientación de tantos, otra cita del difunto líder indio define el rumbo: “La no violencia es la mayor fuerza a la disposición de la humanidad, es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre”.

Fuente: D. Norte

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