Los grandes en primer lugar

Claudia Araujo

Una motociclista y un niño esperaban ante un semáforo bajo el sol chaqueño. Como la espera en el cruce de avenidas los impacientaba, el chico de siete años rompió el silencio: “Podés pasar en rojo, total, no viene nadie”, dijo. Por un lado, la tía del pequeño dudó si cumplir una norma justificaba la demora solitaria; por otro, la incomodaba consagrar un mal ejemplo. “Él ya comprendió cuáles son las reglas y cómo violarlas”, interpretó luego una amiga. En la semana que pasó, en plena crisis japonesa después del peor terremoto y tsunami de la isla, uno de los aspectos resaltados por la prensa internacional fue la falta de desbordes y el orden de sus habitantes. “Claro, si desde niños les enseñan cómo actuar ante una emergencia”, se oyó decir en más de un comentario televisado. Suena sencillo y resuelto pensar que si se riega una plantita en su etapa germinal bastará para nutrirla para siempre. Creemos que no es así. Tiene más sentido pensar —y los hechos lo demuestran— que una conducta sostenida día tras día tanto en el desarrollo como en la adultez es lo que sustenta una cultura.

Esa compleja trama compuesta por hilos de distinta textura, grosor y color se construye a partir de una aceptación y un convencimiento personal, de pequeños actos reivindicatorios. El respeto por las leyes es una idea que no se cuestiona, porque el bien colectivo es lo mejor para cada uno y, de nuevo, lo mejor para todos. Hacer el bien al otro como a uno mismo, el mismo principio del cristianismo occidental que se replica en el ejercicio de ciudadanía y en el respeto por nuestra identidad. En eso estamos chaqueños y argentinos. El jueves de esta semana se conmemora el Día de la Memoria, y este año se le sumará la inactividad del viernes como “feriado puente”. La fecha, entendida por el gobierno nacional y por muchos argentinos como un momento trascendente, aún no se hizo carne en otros tantos compatriotas. “Todavía hay gente que no sabe qué se recuerda el 24 de marzo” fue el planteo ‘disparador’ hace unos cuatro años para que más de un periódico o noticiero saliera a la calle a preguntarle sobre el tema a cuanto transeúnte se le cruzara. Las respuestas de entonces no difieren demasiado de las de hoy en el mundo adulto, pero sí en el de niños y adolescentes.

Hace un año, la imagen de unas niñas caracterizadas como Abuelas de Plaza de Mayo, con los inconfundibles pañuelos blancos cubriéndoles el cabello, aparecía en un canal público como parte de un programa educativo. La propuesta fue rechazada por algunos —preservamos su anonimato— al entender que ‘ideologizaba’ la enseñanza escolar y “tergiversaba la enseñanza de la historia”.

Hace exactamente un mes, un día antes del comienzo de clases en la Argentina, el arzobispo de La Plata Héctor Aguer cuestionaba los “sesgos ideológicos” y la “politización” prematura desde la enseñanza pública. Al margen del fenómeno estrictamente local de las tomas de colegios porteños en 2010, el hombre de la Iglesia se metió con los contenidos que a estas alturas dejaron de ser tema de discusión, como la educación sexual o la construcción de ciudadanía.El titular de la Comisión Episcopal de Educación Católica alertó que “cada tanto parece asomar la ambición monopólica del Estado en un ámbito tan delicado como el de la orientación intelectual y del juicio sobre los acontecimientos históricos y las realidades sociopolíticas”. Y desde su perspectiva alentaba a “los padres de familia a estar más atentos a lo que se enseña a sus hijos en la escuela, sobre todo, en la de gestión estatal”.

Consultado sobre el punto, el ministro de Educación de la Nación defendió el estudio de nuevas formas de participación ciudadana en la escuela, donde hay un límite que el docente no puede trascender: “La ley y el respeto al otro”, dijo Alberto Sileoni. Para el jefe de la cartera educativa nacional el problema de algunos está en sostener el prejuicio de que, por incluir el estudio de un escrache o un piquete, creen que el docente hará una alabanza o una apología de esas metodologías.
Pero de regreso a la mayor o menor permeabilidad a ciertas corrientes ideológicas que resultan tan urticantes para algunos, es interesante analizar que los cuestionamientos al ‘pensamiento dominante’ actual provienen de quienes adherían al pensamiento único de la época de plomo o miraban al costado, y que ahora pretenden ejercer una suerte de represión del discurso diferente, en “defensa de la verdadera verdad”.

“No hay gobierno vacío de ideología; negarlo sería absurdo”, sostiene un profesor de secundaria de Resistencia, integrante de un colectivo inaugurado hace casi un año en la provincia. Se trata de la Cátedra Abierta de Derechos Humanos Carlos Zamudio, dedicada a uno de los detenidos políticos asesinados durante la última dictadura y respaldada por el Ministerio de Educación del Chaco en julio de 2010. Organizada en jornadas itinerantes en las que expositores en la materia analizaron junto con docentes de distintos niveles qué representa hoy abrazar la defensa de los derechos humanos en la vida democrática argentina, la propuesta consistió en fortalecer la construcción de la memoria para acompañar “la construcción de una conciencia ciudadana crítica y solidaria”. Una materia aún en proceso de desarrollo en una provincia donde todavía muchos miran al costado o eluden hablar abiertamente de la Masacre en Margarita Belén. De allí que la presencia del ministro Sileoni hoy en el Chaco para inaugurar el ciclo 2011 de ese espacio no es menor y suma un elemento más en una semana cargada de simbolismos y reconocimientos.

En el final quisimos rescatar el comentario sobre el tema de una docente del interior: “Les pregunté a mis alumnos qué eran para ellos los derechos humanos y qué lugares o nombres les sonaban familiares, y varios mencionaron a Margarita Belén, pero sin saber muy bien de qué se trataba”, relató a esta columna la joven profesora que hace dos años manifestaba su sorpresa al ver que la memoria estaba tan presente en un puñado de chicos nacidos a fines de los 90. La alusión inicial sobre la preocupación por formar conciencia en materia de seguridad vial nos llevó a comparar arbitrariamente la situación con el dictado de clases y la reflexión diaria de un adulto sobre un aspecto que nos atraviesa, entristece, compromete y moviliza, porque es parte de nuestra historia colectiva.

Que esta nueva conmemoración no pase inadvertida, que no sea un feriado más vacío de sentido, que el ejercicio de hacer memoria sea válido tanto dentro como fuera de las aulas y, en especial, empezando por los más grandes.

Hace cinco años

Con horas de diferencia, las dos cámaras del Congreso aprobaron el 15 de marzo de 2006 la instauración del Día de la Memoria, para honrar a las víctimas del golpe militar de 1976.
La entonces senadora Cristina Fernández fue una de las principales impulsoras del proyecto, y el presidente Néstor Kirchner reivindicó la necesidad de que la fecha sea “grabada definitivamente en la memoria de los argentinos para consolidar la conciencia, porque ¿qué pasará dentro de 100 años si no la marcamos a fuego?”, cuestionó. La ley se aprobó en la Cámara Baja por 123 votos a favor, 36 en contra y 11 abstenciones. En el Senado la votación resultó dividida: 34 senadores a favor y 17 en contra. Además se consagró el carácter inamovible del feriado.

Sobre el proyecto de la diputada Altamiranda

Luego de tomar conocimiento del proyecto con la firma de la diputada Elba Altamiranda, referido a los docentes que se venían desempeñando en el Tercer Ciclo de la EGB, los gremios que integran la Comisión de Política Salarial y Condiciones de Trabajo se ven en la obligación de hacer algunas consideraciones al respecto.En primer lugar, los diputados de la provincia ya se expidieron en su momento sobre dicha cuestión cuando votaron por unanimidad la Ley de Educación de la Provincia Nº 6691. En el Capítulo de Disposiciones Transitorias, artículos 186 y 189 quedaron expresamente consagradas las garantías de estabilidad en la situación laboral de los docentes.Tomando como base dicha decisión legislativa y el acuerdo firmado con el Ministro de Educación, propusimos oportunamente el borrador de lo que es hoy la Resolución Nº 793, instrumento legal con el que se operativiza el inicio del movimiento del personal y el trámite administrativo correspondiente, resguardando la estabilidad, la función y el nivel de ingreso del personal. Su divulgación y efectiva aplicación estaba y está en manos de las instancias del Ministerio, como Dirección de Gestión y Regionales Educativas.Por lo tanto, nos parece totalmente redundante esta iniciativa, máxime si consideramos que el borrador ofrecido es una mala copia de la Resolución Nº 793 y de la Ley 5.112 y que resultará de ello una ley reglamentarista que invade facultades del Poder Ejecutivo, aunque ante la inminencia de su aprobación estamos dispuestos a realizar los aportes que sean necesarios para resguardar los derechos del trabajador docente.
Gustavo Gros, secretario General de Sitech Sudeste.
(Con adhesión de los sindicatos docentes UDA, Achabi, Adoch y FIUD.)


Fuente: D. Norte

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