Por: Ricardo Roa
Lo que se insinuaba quedó definitivamente claro: la carrera entre precios y salarios está lanzada. Había arrancado con el aumento del 23,5% que el propio Gobierno acordó con los docentes al comenzar las clases. Y hoy, apenas tres meses después, los reclamos sindicales andan ya por el 40% (Crece la presión de los gremios por los aumentos de salarios) Si hay algo que tiene que ver con esto es la inflación. Obvio, no la del INDEC, que fantasea con un 10,2 % anual que nadie cree y al Gobierno le sirve para dibujar otros indicadores, como el de la pobreza. Se trata de la real, la que percibe todo el mundo aunque oficialmente se la niegue. Y el problema es que la inflación verdadera se ha acelerado en los últimos meses. Así se explica que la Alimentación haya sacado un incremento de tres veces la inflación oficial (35%) y el azucarero más: 42,8%. Y que ahora los gastronómicos pidan el 40%. Los que pactaron primero, como bancarios y metalúrgicos, quedaron atrasados y podrían reclamar la reapertura de sus paritarias.
En plata, no todas las subas representan lo mismo. Hay salarios que bordean los $ 7000 como el de los petroleros y otros que apenas superan los $ 2000 como los de trabajadores rurales. Esto se llama dispersión salarial y desigual capacidad de presión de los sindicatos. Una película parecida se da cuando la CGT pide cada año y con justicia que ajusten el mínimo no imponible. Por una simple razón: sólo están alcanzados por Ganancias los salarios medios y altos, aunque los bajos paguen otros impuestos.Hay competidores que ven la carrera entre precios y salarios desde la tribuna. Son los trabajadores en negro, que representan nada menos que el 36% de la fuerza laboral y viven en el peor de los mundos: sin cobertura social ni aguinaldo y en muchísimos casos cobrando la mitad.
Lo que se insinuaba quedó definitivamente claro: la carrera entre precios y salarios está lanzada. Había arrancado con el aumento del 23,5% que el propio Gobierno acordó con los docentes al comenzar las clases. Y hoy, apenas tres meses después, los reclamos sindicales andan ya por el 40% (Crece la presión de los gremios por los aumentos de salarios) Si hay algo que tiene que ver con esto es la inflación. Obvio, no la del INDEC, que fantasea con un 10,2 % anual que nadie cree y al Gobierno le sirve para dibujar otros indicadores, como el de la pobreza. Se trata de la real, la que percibe todo el mundo aunque oficialmente se la niegue. Y el problema es que la inflación verdadera se ha acelerado en los últimos meses. Así se explica que la Alimentación haya sacado un incremento de tres veces la inflación oficial (35%) y el azucarero más: 42,8%. Y que ahora los gastronómicos pidan el 40%. Los que pactaron primero, como bancarios y metalúrgicos, quedaron atrasados y podrían reclamar la reapertura de sus paritarias.
En plata, no todas las subas representan lo mismo. Hay salarios que bordean los $ 7000 como el de los petroleros y otros que apenas superan los $ 2000 como los de trabajadores rurales. Esto se llama dispersión salarial y desigual capacidad de presión de los sindicatos. Una película parecida se da cuando la CGT pide cada año y con justicia que ajusten el mínimo no imponible. Por una simple razón: sólo están alcanzados por Ganancias los salarios medios y altos, aunque los bajos paguen otros impuestos.Hay competidores que ven la carrera entre precios y salarios desde la tribuna. Son los trabajadores en negro, que representan nada menos que el 36% de la fuerza laboral y viven en el peor de los mundos: sin cobertura social ni aguinaldo y en muchísimos casos cobrando la mitad.
Fuente: Clarín
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