Pequeño duende travieso ,
que supo robarle a la vida la fòrmula alegre de la juventud.
Sabio degustador de momentos compartidos.
Tus recuerdos vendràn cuando el tiempo se ponga lento por las noches.
Mortales normales ,como yo, sabremos de la ausencia de tu sabia,
inperceptible y generosa contenciòn.
Gracias por cada pedacito de tu vida queDios nos regalò a todos.
Ni una puta enfermedad pudo quitarte , en tus ùltimos momentos ,
el raconto de los ratos felices, compartidos con tus amigos.
Yo te recuerdo de una forma muy bonita:
te imagino (docente de almas) en alguna escuela de àngeles,
luchando por derechos.
Pequeño gigante en la razòn .
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