A propósito de su carta abierta
Por Mariela A. Dimitroff Chileff*
Cuando la Segunda Carta Abierta a la Comunidad Educativa llegó a mis manos, era 16 de noviembre, muchos docentes aún no cobrábamos nuestros sueldos: cuentas sin pagar, cortes de teléfono, adelantos en el banco para darles la plata a nuestros hijos que estudian en otra localidad, angustia, vergüenza (transitamos por las últimas calles del pueblo porque ya no tenemos cara para pasar por los locales en los que debemos) ¿Y usted se atreve a hablarnos de derechos y obligaciones? ¡Indignación! Sentimos los docentes, porque en su carta y en todas las declaraciones, se deja ver claramente la intención de sembrar desencuentros entre gremios, entre padres y docentes, entre maestros y profesores. ¿Y usted habla de la necesidad de no agraviarnos?
Su carta me deja ver que Usted no tiene ni idea de la tarea que un docente lleva a cabo: [leer más]
Por Mariela A. Dimitroff Chileff*
Cuando la Segunda Carta Abierta a la Comunidad Educativa llegó a mis manos, era 16 de noviembre, muchos docentes aún no cobrábamos nuestros sueldos: cuentas sin pagar, cortes de teléfono, adelantos en el banco para darles la plata a nuestros hijos que estudian en otra localidad, angustia, vergüenza (transitamos por las últimas calles del pueblo porque ya no tenemos cara para pasar por los locales en los que debemos) ¿Y usted se atreve a hablarnos de derechos y obligaciones? ¡Indignación! Sentimos los docentes, porque en su carta y en todas las declaraciones, se deja ver claramente la intención de sembrar desencuentros entre gremios, entre padres y docentes, entre maestros y profesores. ¿Y usted habla de la necesidad de no agraviarnos?
Su carta me deja ver que Usted no tiene ni idea de la tarea que un docente lleva a cabo: [leer más]
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