Claudia Araujo
Apelar a la seducción
Lunes, 01 de Septiembre de 2008 - Publicado en la Edición Impresa
Luego de ocho años sin que se renovaran representantes docentes para siete Juntas de Clasificación, el 31 de octubre los maestros chaqueños volverán a expresarse a través de las urnas. Mientras la contienda por un espacio de poder levanta temperatura entre los candidatos, las demandas docentes hacen cola para convertirse en bandera de nuevas luchas sindicales.
Para los trabajadores de la educación es un momento propicio para reflexionar sobre qué esperan de sus representantes y cuáles son sus genuinas necesidades. Para la dirigencia gremial es tiempo de rendir examen, recomponer la confianza y comprometerse con propuestas libres de demagogia. Los sindicatos docentes tienen dos termómetros para determinar en qué medida reciben el apoyo de sus representados: por un lado, están los paros y movilizaciones que, dependiendo de quien los convoque, permiten convalidar la opinión de sus afiliados y las decisiones de la conducción. Por otra parte, están las elecciones y son dos los momentos en los que se vota: para renovar integrantes en las Juntas de Clasificación y Tribunal de Disciplina y para cambiar dos integrantes en el Consejo de Educación. La más importante de esas elecciones es sin dudas la que posibilita cambiar a quienes participan en el proceso de valoración de los legajos docentes. En primer lugar, por el número de miembros que involucra; luego, porque es lisa y llanamente la consagración del mayor espacio de poder sindical alcanzable en el cogobierno educativo y, finalmente, porque implica saber el lugar se ubica respecto de las demás fuerzas en pugna una vez conocido el resultado del escrutinio .leer más
Apelar a la seducción
Lunes, 01 de Septiembre de 2008 - Publicado en la Edición Impresa
Luego de ocho años sin que se renovaran representantes docentes para siete Juntas de Clasificación, el 31 de octubre los maestros chaqueños volverán a expresarse a través de las urnas. Mientras la contienda por un espacio de poder levanta temperatura entre los candidatos, las demandas docentes hacen cola para convertirse en bandera de nuevas luchas sindicales.
Para los trabajadores de la educación es un momento propicio para reflexionar sobre qué esperan de sus representantes y cuáles son sus genuinas necesidades. Para la dirigencia gremial es tiempo de rendir examen, recomponer la confianza y comprometerse con propuestas libres de demagogia. Los sindicatos docentes tienen dos termómetros para determinar en qué medida reciben el apoyo de sus representados: por un lado, están los paros y movilizaciones que, dependiendo de quien los convoque, permiten convalidar la opinión de sus afiliados y las decisiones de la conducción. Por otra parte, están las elecciones y son dos los momentos en los que se vota: para renovar integrantes en las Juntas de Clasificación y Tribunal de Disciplina y para cambiar dos integrantes en el Consejo de Educación. La más importante de esas elecciones es sin dudas la que posibilita cambiar a quienes participan en el proceso de valoración de los legajos docentes. En primer lugar, por el número de miembros que involucra; luego, porque es lisa y llanamente la consagración del mayor espacio de poder sindical alcanzable en el cogobierno educativo y, finalmente, porque implica saber el lugar se ubica respecto de las demás fuerzas en pugna una vez conocido el resultado del escrutinio .leer más
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