"Esta escuela media no va más, no aguantan ni alumnos ni docentes"

Entrevista a la investigadora Guillermina Tiramonti

La docente y especialista de Flacso sostiene que es necesario que la escuela media recupere su relevancia cultural y, para hacerlo, tiene que cambiar. Advierte que el secundario sigue estancado en el enciclopedismo del siglo XIX y que mantiene los mecanismos de “selección negativa”.
“No hay puentes para generar articulaciones entre lo que exige la escuela y los recursos que los chicos traen de su ámbito social y familiar”, dice la especialista.

Guillermina Tiramonti, docente, investigadora del área de educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y directora de la revista Propuesta Educativa, es una de las especialistas en educación de mayor renombre en el país. Asegura que la escuela de hoy sigue siendo “fuertemente seleccionadora” y la acusa de hacer una “promoción desregulada”, es decir, dejar librado al alumno a que su éxito o fracaso escolar dependa de sus propias posibilidades familiares y sociales.

Tiramonti estuvo recientemente en Santa Fe para disertar en el panel sobre derecho de la educación que se realizó en el marco del V Congreso de Problemática Sociales Contemporáneas “Infancias y Juventudes” que organizó la Universidad Nacional del Litoral, entre el 14 y 16 de setiembre pasado. Propone, además, debatir y pensar en prototipos de enseñanza secundaria diferentes porque “la escuela media hace más de 100 años que está organizada igual, enseña igual y no va más, no aguantan ni los alumnos ni los docentes”, sostiene.

- ¿Puede explicar los conceptos de “promoción desregulada” y “selección negativa”, mecanismos que, según usted, utiliza el secundario?

- Con “promoción desregulada” estamos señalando la existencia de un sistema mediante el cual los alumnos son promovidos a los distintos años de la escuela secundaria a partir de sus propias posibilidades. La escuela le hace una propuesta que el alumno podrá procesar o no a partir de poner en movimiento los recursos que trae desde su condición social, situación familiar, etc. Eso de abandonar al alumno a sus propios recursos, es un sistema fuerte de selección que tiene la escuela: algunos pueden, otros no. Quienes tienen ambientes familiares más adecuados, vienen de familias donde los recursos culturales y simbólicos que se les exigen en la escuela están disponibles, tendrán mayores posibilidades de promover. Y aquellos que vienen de espacios culturales no tan propicios, no tan cercanos a los que les exige la escuela, son paulatinamente seleccionados en forma negativa.

Algunos de los chicos que vienen de esos sectores con pocas posibilidades podrán lograr promover, pero en general la mayoría es seleccionada negativamente. Entonces, son promociones desreguladas porque nadie acompaña a ese chico en el proceso de escolarización, no hay “puentes” para generar articulaciones entre lo que exige la escuela y los recursos que traen los chicos del ámbito social y familiar del que provienen.

- ¿Por qué la escuela hace esto?

- Es el mecanismo histórico que tiene la escuela media para seleccionar a la población y que fue muy funcional en la conformación de las clases medias del país. ¿Cómo se conformaron las clases medias? A partir de aquellos que tenían la posibilidad, la voluntad, el apoyo familiar, el mandato, porque todo eso juega a la hora de avanzar en la escolarización.

- Pero ahora el mandato que tiene la escuela es otro, es incluir a todos.

- Ahora es ése el mandato pero como también sigue estando en funcionamiento ese otro mecanismo del que hablé antes, se produce lo que llamamos la deserción escolar. Y es justamente eso lo que hay que revisar.

- ¿Hay que revisarlo desde el Estado?. Porque sobre la modificación curricular del secundario hay provincias más avanzadas que otras -Santa Fe está atrasada, por ejemplo- y no se termina de encontrarle una nueva identidad a la escuela media.

- Lo que no se termina es de desarmar y volver a armar una cosa nueva. En primer lugar, este proceso de selección desregulada tiene mucho que ver con la cultura institucional, entonces siempre es un cambio más a largo plazo. En segundo lugar, hay elementos del formato escolar fuertemente seleccionadores. Esa currícula de 12 materias que tienen que ser cursadas en simultáneo, que tienen que estar aprobadas en un 80 ó 90 % para poder pasar al otro año, es una currícula que no sirve para universalizar el sistema.

- No se ve que se discuta otro formato, tampoco.

- No se discute otra cosa. En primer lugar, porque cuando se buscan alternativas, lo que se ha buscado es que hagamos muchas terminalidades diferenciales y eso no sirve, porque es medio como lo mismo, nada más que con terminalidades diferentes. Ese núcleo duro, invariable que tiene la escuela media, de muchas materias y esa forma de cursado donde tenés que aprobar todo, eso no es discutido.

- ¿Por qué?

- Porque implica discutir justamente los cargos docentes, porque cada disciplina va atada a un cargo. Entonces es muy conflictivo y muy complejo pensar en un cambio; sin embargo, hay que avanzar en eso. No solamente porque se “selecciona negativamente” sino porque ya no se aprende así, porque la cultura cambió. Es necesario que la escuela recupere su relevancia cultural y, para hacerlo, tiene que cambiar. Ahora se sigue en el enciclopedismo del siglo XIX y estamos en el siglo XXI. La escuela media hace más de 100 años que está organizada igual, enseña igual y no va más; no aguantan ni los alumnos ni los docentes. Los alumnos están cada vez más desmotivados, y los docentes se enferman y piden cada vez más licencias porque tampoco ellos aguantan

Fuente: El Litoral

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