EL LIDERAZGO EN UNA DIRECCION ESCOLAR

 Liderazgo del Director(a):
Una condición de posibilidad aún mayor, para el logro de una educación de calidad, manifestada en escuelas con altos niveles de logro en la evaluación de sus enseñanzas, lo va constituir el estilo de liderazgo del Director o Directora. Es él o ella, quien en mayor medida es responsable de un clima laboral adecuado, una cultura de compromiso con el trabajo y del establecimiento de desafíos permanentes que permiten avanzar a una cada vez mayor calidad. Demuestran con su ejemplo: capacidad de trabajo en equipo (de generación de confianza, de aceptación de ideas y de trasparencia) y de aceptación de la evaluación y critica por sus acciones (cuenta pública).

Son características comunes de los Directores(as) de estas escuelas, (a) personas comprometidas con la labor pedagógica; (b) con una dilatada experiencia como docente e incluso como Director; (c) con un trabajo en "terreno" más que de oficina; (d) una política de "puertas abiertas" para toda la comunidad escolar, profesores, estudiantes y apoderados; (e) de una continúa preocupación por lo "humano", no sólo por lo laboral o estudiantil presente en cada situación, lo que se traduce en un compromiso con sus profesores, alumnos(as) y apoderados y (f) con un reconocimiento entre los profesores y superiores directos, de su calidad docente y de manejo administrativo (esto último manifestado en sus redes de contacto, de adecuado manejo de los recursos humanos y presupuestarios y de capacidad para la aprobación de los proyectos que presenta).

Un factor común, y altamente reconocido en la experiencia de cada una de las escuelas consideradas, dice relación con la posibilidad del Director(a) de conformar en forma autónoma y de acuerdo a las necesidades y características del establecimiento, su propio equipo de trabajo. La tarea de reclutamiento por parte del Director(a) para seleccionar e integrar profesionales a un equipo de trabajo (aceptando los desafíos trazados y comprometiéndose al cuidado del buen clima laboral existente), se aprecia como un requisito básico para obtener u mantener la calidad. Esta tarea, por lo demás, se menciona como un logro es más de una escuela municipalizada, donde el Director o Directora, no poseen libertad para conformar su propio grupo de trabajo. Se menciona además que muchas veces este logro, es fruto del liderazgo del Director(a) y de los éxitos logrados por la escuela bajo su conducción.

Una vez que un profesional es ingresado al equipo, el Director(a) mantiene una preocupación constante por la integración al grupo de trabajo, dado que la cohesión grupal y el involucramiento de todos y cada uno, en la responsabilidad de mantener la calidad lograda, constituye una de las tareas permanentes de los Directores(as).

Por lo general, en la forma de conducción de las escuelas consideradas, junto a la ya mencionada búsqueda de cohesión y responsabilidad, los Directores(as) entregan libertad y depositan confianza en los profesores con relación a su tarea docente. Donde si bien, cada profesor(a) tiene autonomía para llevar a cabo su programa de estudio, no están exentos de supervisión y evaluación continúa.

La identificación con la escuela no es un trabajo que los Directores(as) dejen al azar. En los relatos de la experiencia de cada una de las escuelas consideradas, la tarea de lograr una identificación, de todos y cada uno de los miembros de la comunidad con la escuela, es una preocupación continúa de los Directores y Directoras. Se busca que se conozcan los principios que la guían y que se asuman dichos principios, para lo cual hay conciencia que la dirección del establecimiento, requiere demostrar coherencia entre lo buscado y la forma de buscarlo.

En esta tarea de lograr identificación, otra de las acciones habituales de los Directores(as), que se menciona en muchas ocasiones, es el fuerte trabajo de estimulación de su cuerpo docente, como también de alumnos(as) y de toda la comunidad escolar. Los Directores(as) mantienen un alto nivel de estimulación, mediante felicitaciones, signos, premios y reconocimientos. La exhibición pública de fotografías, de reportajes periodísticos o trofeos deportivos, donde se demuestran logros y avances de la escuela. Se busca abiertamente la generación de un sentimiento orgulloso de pertenencia.

Es más de una monografía se reconoce, que esta estimulación a través de los logros alcanzados, por un lado posibilita un circulo virtuoso, que demanda más y mejores logros, pero a su vez, se transforma en una amenaza, dado que las altas expectativas, provocan tensión y conductas competitivas, tanto en profesores como en estudiantes.

Por otro lado, hay un reconocimiento de varios Directores(as), en el orden de que los logros alcanzado y el reconocimiento que ello trae consigo, se manifiesta en más de una ocasión en una abandono en la entrega de todo tipo de ayuda. Muchas veces, programas Ministeriales, apoyos municipales, de ONG o personales, se derivan a otras escuelas, dado que lo “requieren con más urgencia”.


Los padres, apoderados y comunidad local:

Parte importante del trabajo de identificación y de continúa estimulación a través de los logros alcanzados, esta claramente dirigido al logro de confianza en la escuela por parte de los padres, apoderados y comunidad circundante. Mucha de las actividades extra programáticas de las escuelas, no sólo estan dirigidas a los alumnos y alumnas, con la finalidad de una formación más integral, sino que son un mecanismo para acercar e integrar a los padres, apoderados y comunidad local a la escuela. Es así contar con numerosos de talleres abiertos a los padres, como a su vez, resultados de estos talleres expuestos a la comunidad circundante.

Los padres y/o apoderados de los alumnos de las escuelas consideradas, poseen, como se menciona en las monografías, un bajo nivel socioeconómico y educacional, donde incluso muchas veces sus hijos(as), estan logrando un nivel de escolaridad por sobre el que ellos alcanzaron, de aquí que por sobre el involucramiento en el apoyo educativo directo, se busque la confianza en la escuela, y con ello, un compromiso de responsabilidad con las condiciones que la escuela requiere para un buen aprendizaje de su hijos. Situación que se expresa, principalmente en la exigencia de la asistencia a clases y del cumplimiento de las tareas solicitadas a sus hijos(as).

No obstante lo anterior, en general se destaca en las monografías, que las escuelas poseen una valoración y conciencia del aporte de los padres y apoderados para el logro de resultados de aprendizaje de calidad. Hay conciencia que sin el compromiso de los padres y apoderados, sin la estimulación que ellos brindan, no es posible un buen aprendizaje, son ellos los responsables de exigir a sus hijos, el tiempo necesario para cumplir sus deberes escolares.

Esta misma confianza en la escuela, y los resultados que ella exhibe, ayudan por lo demás a que los padres y/o apoderados, manifiesten al igual que profesores y alumnos(as), una alta expectativa con relación a logros que alcanzarán sus hijos(as). Por lo general la expectativa de estos padres y apoderados, es la de un logro muy por lo superior a lo que ellos alcanzaron.

Fuente : La Academia de ciencias

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