BUSCANDO FUTURO
Los progenitores siguen pensando que las disciplinas tradicionales garantizan futuro. Son muchos los chicos que terminan el secundario sin saber qué harán a partir de febrero. Cada vez más jóvenes del interior quieren seguir la Universidad.
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ampliar | QUE HACEMOS. Dos jóvenes observan un afiche sobre opciones universitarias, en la Unsta. La orientación vocacional ayuda, reconocen. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
"Me gustaría estudiar abogacía, mi papá quiere que estudie esa carrera porque dice que los abogados trabajan bien". "Yo quisiera seguir el profesorado de Lengua aunque en mi casa quieren que siga abogacía, que también me gusta, pero todavía no me he decidido". Tanto Yohana Lupín (18) como Sofía Murillo (17) están cursando el último año de la secundaria y reconocen que a la hora de elegir una carrera universitaria pesa mucho la opinión de sus padres que prefieren las carreras tradicionales por sobre otras más nuevas. Confiesan que sus familias apuestan por profesiones rentables y con mejor inserción laboral.
Se acerca fin de año y entre los más de 3.000 jóvenes que están terminando la secundaria, no son pocos los chicos que aún no saben qué hacer a partir de 2011. No tienen claro qué seguir estudiando ni en qué trabajar. "Yo quisiera un buen empleo, pero no hay más que esos call center que te pagan 1.000 pesos y trabajás seis días más de ocho horas", asegura Esteban sin ocultar fastidio.
"Es todo un dilema que genera mucha angustia. Ante este problema, una cantidad importante de adolescentes se resigna a hacer lo que sus padres les indican, poniendo en muchos casos en riesgo su futuro", opina la psicóloga Adriana Jerez docente de la UNT y de la UNSTA. La profesional reconoció que una de las grandes carencias de la escuela secundaria es la falta de orientación vocacional, "de espacios extra áulicos donde los chicos puedan debatir sus intereses, desarrollar sus aptitudes lo más temprano posible; es decir desde la primaria", sostuvo.
Jerez trabaja en el centro universitario de la UNSTA-Concepción y dice que en el sur de la provincia hay una gran demanda de los chicos en materia de orientación, y que no están siendo cubiertas por la política educativa. "Por ahora la Universidad Nacional de Tucumán es la única que brinda orientación vocacional interna y externa, en el ámbito público", afirmó.
Sin embargo, este déficit es compensado por el Ministerio de Educación de la Nación, a través del Proyecto de Articulación entre Secundaria y Universidad. En Tucumán, el programa, que es gratuito y funciona a contraturno en las escuelas públicas más vulnerables, contiene a unos 2.000 adolescentes que cursan el último año del secundario, y tiene como objetivo brindar la información necesaria sobre la oferta universitaria de la provincia, en módulos que promueven nuevos enfoques didácticos.
En la Escuela de Comercio de Banda del Río Salí, el programa atiende a unos 30 chicos que están terminando el ciclo medio ayudándolos a dilucidar un futuro profesional o laboral. "Al comienzo no tenía claro, pero a través de los módulos, nos vamos dando cuenta de nuestras preferencias y de las carreras que podemos seguir, de acuerdo a nuestros intereses", reconoció Elizabeth Santana (19). "Yo quiero estudiar Administración de empresas, me interioricé un poco a través de internet y ahora con el taller estoy descubriendo otras profesiones", añadió Lucía.
Sus compañeros varones demuestran cierta preferencia por Educación física o por carreras más cortas, urgidos por la necesidad de empezar a trabajar lo más pronto posible, según dijeron. Lucas Pérez juega al fútbol en primera división del Club Concepción y dice que apuesta a alguna carrera relacionada con la actividad deportiva y laboral. "No quiero quedarme con saber jugar al fútbol y nada más, pero no me decido si seguir para nutricionista o estudiar Educación Física; mis padres me apoyarán lo que elija", indicó.
"Lo llamativo es que hasta hace poco, los chicos del interior de la provincia se aseguraban primero un oficio, y eran muy pocos los que seguían una carrera universitaria, pero en estos tiempos se observa una mayor expectativa respecto de un futuro mejor calificado", consignó Estela Rojas, una de las coordinadoras del Proyecto de Articulación. "Si bien este programa no puede definirse como orientación vocacional, lo que hacemos con los chicos, es brindarles toda la oferta académica, terciaria, y de tecnicaturas, para que estén bien informados a la hora de elegir", añadió. Comentó que además, reciben un kits personal con textos de Lengua, de ciencias, de Matemáticas y técnicas de estudio junto con folletería informativa.
"Los módulos son dictados con un enfoque diferente a lo que ellos conocieron en la secundaria; se trata de aplicar esos conocimientos en la vida diaria. No es un refuerzo escolar; no hacen cuentas en el cuaderno, sino que aprenden a expresarse a través de la matemática y de la lengua", afirmó.
Los progenitores siguen pensando que las disciplinas tradicionales garantizan futuro. Son muchos los chicos que terminan el secundario sin saber qué harán a partir de febrero. Cada vez más jóvenes del interior quieren seguir la Universidad.
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"Me gustaría estudiar abogacía, mi papá quiere que estudie esa carrera porque dice que los abogados trabajan bien". "Yo quisiera seguir el profesorado de Lengua aunque en mi casa quieren que siga abogacía, que también me gusta, pero todavía no me he decidido". Tanto Yohana Lupín (18) como Sofía Murillo (17) están cursando el último año de la secundaria y reconocen que a la hora de elegir una carrera universitaria pesa mucho la opinión de sus padres que prefieren las carreras tradicionales por sobre otras más nuevas. Confiesan que sus familias apuestan por profesiones rentables y con mejor inserción laboral.
Se acerca fin de año y entre los más de 3.000 jóvenes que están terminando la secundaria, no son pocos los chicos que aún no saben qué hacer a partir de 2011. No tienen claro qué seguir estudiando ni en qué trabajar. "Yo quisiera un buen empleo, pero no hay más que esos call center que te pagan 1.000 pesos y trabajás seis días más de ocho horas", asegura Esteban sin ocultar fastidio.
"Es todo un dilema que genera mucha angustia. Ante este problema, una cantidad importante de adolescentes se resigna a hacer lo que sus padres les indican, poniendo en muchos casos en riesgo su futuro", opina la psicóloga Adriana Jerez docente de la UNT y de la UNSTA. La profesional reconoció que una de las grandes carencias de la escuela secundaria es la falta de orientación vocacional, "de espacios extra áulicos donde los chicos puedan debatir sus intereses, desarrollar sus aptitudes lo más temprano posible; es decir desde la primaria", sostuvo.
Jerez trabaja en el centro universitario de la UNSTA-Concepción y dice que en el sur de la provincia hay una gran demanda de los chicos en materia de orientación, y que no están siendo cubiertas por la política educativa. "Por ahora la Universidad Nacional de Tucumán es la única que brinda orientación vocacional interna y externa, en el ámbito público", afirmó.
Sin embargo, este déficit es compensado por el Ministerio de Educación de la Nación, a través del Proyecto de Articulación entre Secundaria y Universidad. En Tucumán, el programa, que es gratuito y funciona a contraturno en las escuelas públicas más vulnerables, contiene a unos 2.000 adolescentes que cursan el último año del secundario, y tiene como objetivo brindar la información necesaria sobre la oferta universitaria de la provincia, en módulos que promueven nuevos enfoques didácticos.
En la Escuela de Comercio de Banda del Río Salí, el programa atiende a unos 30 chicos que están terminando el ciclo medio ayudándolos a dilucidar un futuro profesional o laboral. "Al comienzo no tenía claro, pero a través de los módulos, nos vamos dando cuenta de nuestras preferencias y de las carreras que podemos seguir, de acuerdo a nuestros intereses", reconoció Elizabeth Santana (19). "Yo quiero estudiar Administración de empresas, me interioricé un poco a través de internet y ahora con el taller estoy descubriendo otras profesiones", añadió Lucía.
Sus compañeros varones demuestran cierta preferencia por Educación física o por carreras más cortas, urgidos por la necesidad de empezar a trabajar lo más pronto posible, según dijeron. Lucas Pérez juega al fútbol en primera división del Club Concepción y dice que apuesta a alguna carrera relacionada con la actividad deportiva y laboral. "No quiero quedarme con saber jugar al fútbol y nada más, pero no me decido si seguir para nutricionista o estudiar Educación Física; mis padres me apoyarán lo que elija", indicó.
"Lo llamativo es que hasta hace poco, los chicos del interior de la provincia se aseguraban primero un oficio, y eran muy pocos los que seguían una carrera universitaria, pero en estos tiempos se observa una mayor expectativa respecto de un futuro mejor calificado", consignó Estela Rojas, una de las coordinadoras del Proyecto de Articulación. "Si bien este programa no puede definirse como orientación vocacional, lo que hacemos con los chicos, es brindarles toda la oferta académica, terciaria, y de tecnicaturas, para que estén bien informados a la hora de elegir", añadió. Comentó que además, reciben un kits personal con textos de Lengua, de ciencias, de Matemáticas y técnicas de estudio junto con folletería informativa.
"Los módulos son dictados con un enfoque diferente a lo que ellos conocieron en la secundaria; se trata de aplicar esos conocimientos en la vida diaria. No es un refuerzo escolar; no hacen cuentas en el cuaderno, sino que aprenden a expresarse a través de la matemática y de la lengua", afirmó.
Fuente: La Gaceta
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hola Aurora! quiero saber si es cierto que se dejo sin efecto la resolucion que no permitia el pago de reajustes a docentes? ese comentario me llego...
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